Por medio de un comunicado, el SMN indicó que “John” se localiza en tierra en Guerrero, con desplazamiento hacia el noroeste. Su centro se localizaba a 45 kilómetros al nor-noroeste de Acapulco, Gro., y a 70 kilómetros al este-noreste de Técpan de Galeana, Gro.
Su amplia circulación genera lluvias puntuales extraordinarias (superiores a 250 mm) en Guerrero y Oaxaca; lluvias puntuales torrenciales (150 a 250 mm) en Veracruz y Chiapas, y lluvias puntuales intensas (75 a 150 mm) en Michoacán y Puebla.
Además, sus bandas nubosas reforzarán la probabilidad de chubascos a lluvias puntuales fuertes en el centro del país, incluido el Valle de México.
Se prevé viento con rachas de 100 a 120 km/h y oleaje de 2 a 4 metros de altura en el occidente de Oaxaca y oriente de Guerrero; rachas de 50 a 70 km/h y oleaje de 1 a 3 metros en la costa de Chiapas y posible formación de trombas marinas en las costas de dichas entidades.
El golpe de “John” llegó a Guerrero luego de que en octubre de 2023 Acapulco sufrió el paso del huracán “Otis”, que fue el ciclón más fuerte de la pasada temporada, que tocó tierra el 25 de octubre como huracán de categoría 5, con vientos sostenidos de 260 km/hora, causando al menos 51 muertos y 34 desaparecidos, y pérdidas de unos 3.200 millones de dólares.
En Guerrero, la titular de Protección Civil, Laura Velázquez, y la Gobernadora del estado, Evelyn Salgado, junto con autoridades militares informaron que estaban preparados para el despliegue del Plan DN-III en los municipios de Cuajinicuilapa, Copala, Florencio Villarreal y Marquelia, en la región de la Costa Chica de Guerrero, donde se abrieron 299 refugios para la población en peligro.
La semana pasada la tormenta “Ileana” azotó Sinaloa, donde dejó daños menores, mientras que tres ciclones han golpeado a México por el Atlántico: el huracán “Beryl” y la tormenta “Chris”, que dejaron saldo blanco en julio, y la tormenta “Alberto” en junio, cuando dejó seis muertos en Nuevo León.
Las autoridades mexicanas pronosticaron en mayo hasta 41 ciclones con nombre en el océano Atlántico y el Pacífico, de los que al menos cinco golpearían el país.