La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, viajará este viernes 25 de junio a El Paso, Texas, en la frontera con México, en seguimiento a los esfuerzos del gobierno de Joe Biden para solucionar el flujo migratorio hacia el país norteamericano.

Harris viajará a la frontera sur estadounidense en compañía del secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, según confirmó este miércoles la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki, en conferencia de prensa.

“A inicios de este año, el presidente [Joe Biden] le pidió a la vicepresidenta [Kamala Harris] que supervisara nuestros esfuerzos diplomáticos para abordar las causas fundamentales de la migración desde El Salvador, Guatemala y Honduras”, dijo Psaki.

En este marco, la vocera de la Casa Blanca recordó que Harris viajó a Centroamérica entre el 6 y el 9 de junio, para reunirse con el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, y con el mandatario de México, Andrés Manuel López Obrador.

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“Este viaje a la frontera el viernes, que se realiza en coordinación con el Departamento de Seguridad Nacional, es parte del esfuerzo coordinado (…) para seguir abordando las causas de raíz [de la migración]”, declaró Psaki.
Presión de republicanos

La visita de Harris a El Paso fue anunciada después de que congresistas y gobernadores republicanos presionaron a la Administración Biden por supuestamente no atender la crisis migratoria en la frontera sur del país.

La congresista republicana Lauren Boebert llevó una figura de cartón de Harris al muro fronterizo en Texas para advertir que, al negarse a visitar la frontera sur del país, la vicepresidenta no comprendía “la devastadora realidad”.

Por su parte, el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, anunció el 16 de junio que autorizó un “pago inicial” de 250 millones de dólares para la construcción de un muro fronterizo entre este estado de EE.UU. y México.

Políticas migratorias

Desde su llegada a la Casa Blanca, Biden dio un giro a algunas políticas migratorias implementadas por el exmandatario republicano Donald Trump (2017-2021).

En este contexto, el presidente estadounidense firmó en enero una orden ejecutiva suspendiendo la construcción del muro fronterizo y en junio dio por finalizado el programa de Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés), mediante el cual, EE.UU. deportó a México a unos 68.000 centroamericanos que solicitaron asilo, quienes fueron obligados a esperar la resolución de sus casos en el país vecino.

Biden y Harris han instado a los migrantes a no emprender el viaje hacia EE.UU., advirtiendo que no se les permitirá la entrada al país norteamericano. En la nueva directriz de Washington, se anunció una fuerte cooperación económica para fomentar el desarrollo en Centroamérica y frenar el fenómeno migratorio.

El Gobierno de EE.UU. se comprometió a fomentar una inversión de 250 millones de dólares destinada al sur de México; un total de 115 millones de dólares en ayudas para El Salvador; y unos 88 millones de dólares para créditos hipotecarios e implementación de programas laborales y agrícolas en Guatemala.

Pese al aparente giro en las políticas migratorias de la Casa Blanca, la Administración Biden mantuvo la aplicación del Título 42 de la Sección 265 del Código de EE.UU., que con el alegato de evitar la propagación del covid-19 en los centros de detención, permite la expulsión inmediata de los migrantes indocumentados.

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