Ciudad de México.- En el marco de las celebraciones por el Día de la Virgen de Guadalupe, la Iglesia mexicana -a través de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y la Arquidiócesis Primada de México- emitió un llamado urgente a la unidad, la confianza y la paz en el país, aprovechando el fervor de millones de peregrinos que acuden a la Basílica del Tepeyac.
El pronunciamiento centra su mensaje en la necesidad de frenar la espiral de violencia que afecta a múltiples regiones del territorio nacional. Los obispos solicitaron una “tregua nacional de paz” y exhortaron a “guardar silencio en las armas”, con la esperanza de que la conmemoración guadalupana sea ocasión de reflexión y reconciliación.
En un contexto marcado por la inseguridad, la polarización política y el deterioro de la confianza social, la Iglesia instó a ciudadanos, autoridades y sectores productivos a trabajar conjuntamente para reconstruir un clima de confianza mutua. La figura de la Virgen de Guadalupe -considerada un símbolo de identidad y cohesión para el país- fue presentada como inspiración para recuperar la fraternidad y promover la unidad nacional.
La CEM y la Arquidiócesis también dirigieron un mensaje a los peregrinos que arriban a la Basílica, invitándolos a convertir su ofrenda y oración en un clamor por la paz de México y del mundo. Subrayaron que la esperanza no debe apagarse, incluso ante las dificultades actuales.
El episcopado afirmó que la Iglesia pone a disposición sus “estructuras y capacidades institucionales” para fortalecer el diálogo y apoyar iniciativas orientadas a la construcción de la paz, reiterando que el momento guadalupano representa una oportunidad para impulsar un cambio social profundo.










