Trabajadores del sector de la cultura, profesores y ecologistas que viven en el centro histórico de Roma han denunciado ante la UNESCO escenas “mortificantes” de basura, contaminación sonora y otros signos de descomposición urbana en la urbe.

Los 150 intelectuales firmaron una carta que insta a Lazare Eloundou Assomo, director del Centro del Patrimonio Mundial del organismo, a recordarle al consejo de la ciudad su deber de proteger este sitio del patrimonio mundial, señala Corriere della Sera.

El grupo argumentó que el consejo de la ciudad estaba eludiendo su responsabilidad de conservar el sitio patrimonial. Por lo que han apelado al organismo internacional para que presione por “un cambio radical”, ya que sus quejas ante las autoridades de la capital italiana habían sido ignoradas.

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La carta afirma que todo el centro histórico y patrimonial de la capital italiana, que por décadas se ha mantenido limpio, muestra ya signos de un total descuido y abandono con la “invasión” reciente de bares y mesas de restaurantes en las calles empedradas de la ciudad, y ‘scooters’ eléctricos que se suman a los problemas.

“Entre la maleza que no se corta, la basura en las calles y el ruido, el panorama general es mortificante”, escribió el grupo en la carta.

Los firmantes de la carta recordaron una época en la que los barrios del centro de Roma eran un lugar agradable para vivir. Chiara Rapaccini, artista y viuda del director de cine Mario Monicelli, declaró: “Vivíamos en Monti desde 1988 e hicimos un documental sobre la belleza del distrito. Me duele la decadencia de Monti, y también le hubiera dolido a Mario”.

La “invasión” de los turistas

Sin embargo, todo el asunto no se circunscribe a la inacción y la desidia de sus autoridades. También, la indisciplina social, así como el poco sentido de pertenencia de los turistas y visitantes contribuyen al deterioro de la imagen de la ciudad, según el medio.

Myriam D’Andrea, directora del Centro Nacional de Educación, Formación y Redes de Bibliotecas y Museos por el Medio Ambiente (ISPRA, por sus siglas en italiano), señala que los ‘scooters’ eléctricos a menudo se usan, y luego se estacionan, abandonándolos.

“Han invadido la ciudad de una manera completamente salvaje”, añadió. El domingo, dos turistas estadounidenses fueron multados con 400 euros cada uno por arrojar un ‘scooter’ eléctrico por la Plaza de España. Otro ejemplo de este tipo de conductas fue el caso de un visitante de Arabia Saudita que condujo recientemente un Maserati por una escalera del siglo XVII.

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