Cientos de jóvenes que estudian para convertirse en maestros de educación básica de las zonas más pobres de México salieron a protestar para exigir exámenes de ingreso presenciales, ya que en su mayoría son indígenas y carecen de computadoras e internet. Pero la respuesta que encontraron fue a pura represión.
La manifestación se realizó el martes pasado en Chiapas, un estado ubicado en el sureste del país, pero derivó en un problema político que ya ha valido reclamos de organismos nacionales e internacionales de derechos humanos porque las fuerzas de Seguridad hicieron uso desproporcionado de la fuerza y detuvieron a 93 estudiantes, en su mayoría mujeres que denunciaron que fueron abusadas sexualmente por los policías.
El domingo, en medio de un clima de creciente indignación, las 74 estudiantes detenidas obtuvieron la libertad condicional, pero aun así seguirán procesadas e investigadas. Además, todavía están detenidos 19 varones que mañana tendrán una audiencia para ver si logran salir del penal, al igual que sus compañeras.
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La represión policial contra los estudiantes normalistas en México es una constante, pero en los últimos años la preocupación se acentuó a raíz de la desaparición de los 43 jóvenes de Ayotzinapa, en Guerrero, un caso que generó una conmoción mundial.
El Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan explicó que unos 300 estudiantes de la normal rural de Mactumactzá, en Chiapas, fueron desalojados violentamente por la policía estatal cuando se encontraban protestando en una caseta de cobro.
Las y los jóvenes exigían la publicación de la convocatoria de ingreso y que el examen para poder estudiar se realice en su modalidad presencial y no virtual, como se pretendía hacer debido a la pandemia de coronavirus.
Reclamos
El problema es que, en todo el país, los normalistas rurales suelen provenir de comunidades indígenas y carecen de recursos tecnológicos y corren el riesgo de quedarse sin inscripción.
Pero de nada valieron sus reclamos. Policías estatales los desalojaron de la caseta y se llevaron a un centenar a un penal ubicado en Zintalapa, Chiapas.
“Testimonios de los estudiantes establecen que las normalistas fueron acosadas y agredidas sexualmente por policías que las sometieron y tuvieron bajo custodia”, denunció el Tlachinollan, que es una respetada organización de derechos humanos.
Agregó que son particularmente graves las detenciones masivas contra estudiantes que exigen el cumplimiento de demandas estrictamente académicas.