Más de 50 asociaciones realizarán en todo el país una marcha para defender al Instituto Nacional Electoral (INE), órgano autónomo que organiza las elecciones y que el presidente Andrés Manuel López Obrador pretende reemplazar con una Reforma Electoral.

La manifestación principal se llevará a cabo este domingo a las 10:30 h en la Ciudad de México, del Ángel de la Independencia al Monumento a la Revolución, pero se replicará en urbes como Guadalajara, Monterrey, Cancún, Mérida, Puebla, Ciudad Juárez y Tijuana.

El Frente Cívico Nacional acusó amedrentamiento por parte del Gobierno de la Ciudad de México debido a la declaración de contingencia ambiental, vigente para las primeras horas de este domingo.

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Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum están desesperados, por eso sabotean la marcha. Imagínense, contingencia en domingo, exactamente el día en que la sociedad defiende al árbitro electoral. No solo no nos van a amedrentar, vamos a salir a pesar del boicot”, denunciaron los organizadores de la marcha.

El presidente López Obrador prometió respetar la protesta y dar todas las facilidades para su realización sin contratiempos, pese a que los organizadores se negaron a concluirla en el Zócalo capitalino.

Han decidido marchar al Monumento a la Revolución (en Ciudad de México), ahí se van a dar también todas las facilidades, es un derecho que tenemos los ciudadanos de manifestación que costó mucho conseguirlo a lo largo de nuestra historia”, dijo en su conferencia matutina del viernes.

López Obrador reiteró sus acusaciones de que quienes marchan en realidad lo hacen por estar “contra” su Gobierno y pertenecen al “bloque conservador“, en el que son racistas e hipócritas.

Son muy hipócritas y son, repito, racistas, clasistas, aspiracionistas. Se creen superiores, sabiondos, son también déspotas, son de los que maltratan a sus trabajadores”, sostuvo.

Las agrupaciones se oponen a la reforma que presentó López Obrador en abril pasado porque crearía el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC) para sustituir al INE, órgano autónomo que surgió en los 90 para quitar el control de las elecciones al Gobierno, entonces en poder del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

También eliminaría 200 diputados y 32 senadores, reduciría el financiamiento de los partidos políticos y redefiniría el concepto de “propaganda” para que el Gobierno se pronuncie durante las elecciones, disposiciones criticadas porque favorecerían al actual partido en el poder.

El mandatario defendió la reforma al argumentar que debe terminar el “fraude” electoral y que el costo de organizar elecciones en México es de 20 mil millones de pesos, por lo que “es el país en donde cuesta más hacer elecciones de todo el mundo”.

Por ser una reforma constitucional, el Gobierno necesita conseguir dos tercios de los votos del Senado y de la Cámara de Diputados, por lo que requiere el respaldo de la oposición, pero el presidente descartó negociar o modificar su propuesta.

No se trata de negociar, los principios no se negocian, no, no, no. Cada quien debe asumir su responsabilidad, yo vengo luchando desde hace muchos años porque haya democracia en el país”, mencionó.

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