México aplazó, por tres años, la obligación de fabricar e importar exclusivamente camiones y buses que usen diésel ultra bajo en azufre, citando el argumento de que no hay por ahora “disponibilidad plena” del combustible, según un funcionario de la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat) y un documento visto por Reuters.
El Comité Consultivo Nacional de Normalización de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Comarnat), encargado de decidir donde participa el Gobierno e industriales, acordó que hasta finales de 2024 pueden convivir motores que usan diésel convencional, que tiene hasta 500 partes por millón de azufre, con nuevas tecnologías que funcionan con combustible de hasta 15 partes por millón de azufre.
El aplazamiento de la norma emitida por la Semarnat ocurre cuando el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador está bajo presión de los ambientalistas por su fuerte apoyo a los combustibles fósiles antes de la conferencia climática COP26 de Naciones Unidas en Glasgow, Escocia.
En septiembre de 2020 y tras quejas de los transportistas, México ya había aplazado hasta diciembre de este año esta normativa, diseñada para reducir las emisiones contaminantes del transporte terrestre, alegando complicaciones derivadas de la pandemia de Covid-19.
El acuerdo, que entrará en vigor tras publicarse en el Diario Oficial, destaca la imposibilidad de la petrolera estatal Pemex de distribuir diésel más limpio en todo el territorio nacional antes del 31 de diciembre de 2024, tras una prórroga previa que le dio el regulador de energía CRE.
“Dicha disponibilidad se tendrá a partir del 01 de enero de 2025”, dice el documento.
Ante la insuficiente producción doméstica, México importa buena parte del diésel limpio (o DUBA) que se vende en las estaciones de servicio del país.
El subsecretario de Fomento y Normatividad de la Semarnat, Tonatiuh Herrera, dijo más tarde a Reuters que la norma ambiental dispone que “el salto a un estándar tecnológico más avanzado en los vehículos pesados depende de la disponibilidad del DUBA en territorio nacional”.
El funcionario agregó que la secretaría también impulsará acciones adicionales que fomenten el uso de tecnologías más amigables con el medio ambiente. “Lo dispuesto en el acuerdo se revisará año con año para, en su caso, modificar la vigencia del mismo”, agregó.
Ni la CRE, ni Pemex respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios de Reuters sobre la prórroga acordada.
En junio, el gremio de transportistas terrestres de México pidió que aplazar la norma ambiental porque, de no hacerlo, la incertidumbre sobre la oferta de diésel ultra bajo en azufre podría elevar la dependencia de camiones más viejos y contaminantes al paralizar la compra de tecnologías más nuevas.
Los fabricantes de vehículos pesados y transportistas citaron un muestreo que reveló una caída a 73% este año de la disponibilidad del diésel limpio en 380 estaciones de servicio, desde un 81% en 2018.
Los transportistas argumentan que modelos nuevos de camiones que aún usan diésel convencional pueden reducir las emisiones de óxido de nitrógeno en más del 80% y las partículas peligrosas a la mitad, en comparación con camiones más antiguos. El acuerdo de Semarnat señala que se consideró esta realidad.