México lidia con el desafío de ampliar su capacidad hospitalaria, ante el temor de colapso en el sistema de atención médica en varios estados, justo cuando dos tercios del país fueron declarados en riesgo máximo o alto por la tercera ola de la pandemia de Covid-19.

En el país se cumplen tres días al hilo con más de 20 mil contagios atribuidos a la expansión incontrolada de la variante Delta, surgida por primera vez en la India, que está causando grandes estragos a nivel mundial.

La cepa representa ya el 90% de las infecciones en la capital mexicana, que sigue siendo el epicentro de la crisis, según reportó el viernes la secretaria de Salud de la ciudad, Oliva López.

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Delta desplazó en cuestión de cuatro semanas, desde que comenzó la nueva espiral de la epidemia, a las variantes Alfa (aparecida en Gran Bretaña), Gama (surgida en Brasil) y la llamada “mexicana”, que no fue etiquetada con ninguna letra del alfabeto griego porque sólo fue identificada en el país y generó la segunda ola de enero último.

La Secretaría de Salud decretó que a partir del lunes siete estados, entre ellos la capital, pasaron al “rojo” (riesgo máximo) en el semáforo epidemiológico, mientras otros 15 fueron colocados en el “naranja, lo que representa que el 70% de los 32 estados se encuentran en situación de emergencia.

En contraste, hace dos semanas sólo había un estado en rojo, Sinaloa, y tres en verde, pero ahora queda uno (Chiapas).

Hace unos días, las autoridades sanitarias reestructuraron el semáforo de manera que aun cuando un estado fuera colocado en alerta máxima, podía mantener pocas restricciones, evitando el estricto confinamiento de hace un año que generó graves daños a la economía e hizo caer el producto interno 8.5% en 2020.

Las medidas sin embargo no han sido recibidas del todo bien por algunos gobiernos locales, como el de la capital, que se rehusó a aceptar la categoría que se le asignó y la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum declaró que “para nosotros la ciudad todavía está en naranja”.

Uno de los estados que cayeron en situación de máxima alerta es Guerrero, donde el gobernador Héctor Astudillo anunció que no habrá cierre de playas, hoteles y bares en los centros turísticos, aunque dijo que mañana daría a conocer medidas preventivas para frenar los contagios.

Astudillo sin embargo llamó a los turistas a “protegerse y proteger a los demás” adoptando medidas sanitarias como la distancia física adecuada, el uso de cubrebocas y la higiene básica. Dos ciudades turísticas de Guerrero concentran la mayoría de los casos y fallecimientos: el célebre puerto de Acapulco y la ciudad de Ixtapa-Zihuatanejo, que en los últimos días han estado colmados de turistas por las vacaciones veraniegas.

Al menos 11 estados reportan saturación en las áreas de Covid de sus hospitales públicos, tanto en áreas ordinarias como de terapia intensiva y otros ocho registran una ocupación hospitalaria superior al 50% de su capacidad.

La mayoría de los contagios y muertes afectan a personas no vacunadas y a jóvenes de 18 a 40 años.

El subsecretario de Salud Hugo López-Gatell exhortó a los gobernadores en una reciente reunión a reinstalar Centros de Atención Temporal y hospitales móviles para aumentar las camas de atención, pero algunos mandatarios se quejan de falta de presupuesto.

“No tenemos ni un peso para invertir en este tema. Creo que todos mis colegas están igual”, señaló el gobernador de Nuevo León Jaime Rodríguez, ante lo cual el presidente López Obrador anunció que ayudará a los estados para la “reconversión hospitalaria”.

El gobierno de la capital federal anunció la reactivación de un programa llamado “Hospital en Casa”, que funcionó en las dos pasadas olas, para atender a personas que no quieran o no puedan internarse en un centro médico.

México, cuarto lugar en mortalidad a nivel mundial, contabilizó en las últimas 24 horas 21 mil 563 nuevos casos para totalizar 2.9 millones y 568 muertes, que elevaron la cifra global a 243 mil 733.

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