México necesita fortalecer su servicio público de salud, con acceso universal, de menor costo, o incluso gratuito, para enfrentar cualquier enfermedad y para sobrevivir a ésta y a otras pandemias. “El que trabajes o no trabajes no debería determinar que en México se pueda tener acceso o no a la salud pública”, advirtió la Dra. Eva Arceo Gómez, académica del Departamento de Economía de la IBERO.

La Dra. Eva Arceo Gómez encabezó un estudio publicado en The Lancet Regional Health – Americas (noviembre de 2021) titulado The income gradient in COVID-19 mortality and hospitalisation: An observational study with social security administrative records in Mexico o, en español, El gradiente de ingresos en mortalidad y hospitalización por COVID-19: Un estudio de observación con registros del IMSS.

El artículo fue elaborado en co autoría con Raymundo Campos Vázquez, del Centro de Estudios Económicos de El Colegio de México; Gerardo Esquivel, del Banco de México; y Eduardo Alcaraz, Luis Martínez y Norma López, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Anuncios

Por primera vez este grupo de investigación colaborativa tuvo acceso a datos del salario y salud de 412 mil 552 trabajadores formales, derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), entre marzo y noviembre de 2020, en la primera ola de contagios, casi al inicio de la segunda ola. Este estudio no analizó al sector informal ni a los usuarios de otros servicios públicos de salud como el ISSSTE o PEMEX, ni a quienes tienen acceso a servicios privados de salud.

La pandemia no igualó a ricos y a pobres

En un video publicado en el canal de YouTube de la División de Investigación y Posgrado de la IBERO, la Dra. Eva Arceo reveló que en México, los ingresos bajos (4 mil pesos en promedio mensual), el menor acceso a atención temprana, las comorbilidades no controladas y el vivir en comunidades lejanas a centros de salud exacerbaron la tasa de mortalidad por la COVID-19 en México, en la primera ola de contagios, entre marzo y noviembre de 2020. 

En entrevista, la especialista alertó que en México no existe –ni existió– un seguro de desempleo, y durante la pandemia no se dieron apoyos económicos adicionales para que la gente pudiera resguardarse del contagio por la COVID-19. Por necesidad, la población mexicana tuvo que salir de casa a trabajar para poder vivir.

Sin embargo, a pesar de los problemas que hay en los servicios de seguridad social en México, sin la existencia de éstos, el gradiente sería todavía más amplio, por esto es urgente robustecer la salud pública en el país, recalcó.

Brechas salariales en México son abismales

En su reporte, la académica precisó que en México las personas con ingresos más bajos tienen más comorbilidades asociadas a la obesidad como la diabetes, las enfermedades renales e hipertensión, así como el tabaquismo. En contraste, las personas con mayor ingreso (45 mil pesos al mes) llevan un mejor control de sus comorbilidades y tienen más capacidad de atenderse en el sector privado, no por bueno, sino por cómodo.

“Tenemos la ciencia de nuestro lado. Ya hay evidencia para enfrentar de mejor manera las próximas pandemias. Es importante que las personas controlen su glucosa en sangre, la obesidad, la hipertensión e incluso el tabaquismo”, remarcó.

Te puede interesar: Para académica, pandemia provocó un ajuste en las estrategias de enseñanza

Añadió que la información fluyó lentamente entre las personas con ingresos más bajos e imperó entre ellas la desinformación porque quizá no tienen acceso a internet o a medios confiables. Por esto, en las próximas pandemias es fundamental mejorar la estrategia de comunicación y recuperar la confianza en los servicios de salud pública.

La académica pidió no estigmatizar a las personas con comorbilidades, ya que ellas no se contagian más que quienes no las sufren. Todas las personas estamos expuestas al contagio. Las personas con comorbilidades podrían desarrollar un cuadro grave de la enfermedad pero no se contagian más, precisó. 

Eva Olimpia Arceo‐Gómez tiene un doctorado por la Universidad de California Berkeley, maestría por El Colegio de México y licenciatura por el Tecnológico de Monterrey; todas en economía. De 2010 a 2019 fue Profesora-Investigadores en el CIDE y desde agosto de 2019 es Académica de Tiempo Completo en la Universidad Iberoamericana. Es Nivel II en el Sistema Nacional de Investigadores.

Publicidad