México ha etiquetado cientos de millones de dólares en infraestructura para combustibles fósiles de Petróleos Mexicanos (Pemex) y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como gastos para enfrentar el cambio climático y promover la transición energética en la última década, mostraron documentos.

En un esfuerzo por rastrear el gasto de México hacia esas metas verdes bajo el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, Reuters analizó las cuentas públicas y obtuvo documentos y bases de datos de Pemex a través de una solicitud de información pública que mostraba partidas presupuestarias identificadas con esas etiquetas.

Los documentos mostraron que el gobierno también etiquetó como parte de sus esfuerzos contra el cambio climático rubros tan dispares como operativos de seguridad de la Marina y la distribución de leche fortificada entre población rural de escasos recursos.

Bajo el mandato de López Obrador, quien asumió el cargo en diciembre de 2018, varias dependencias del gobierno dijeron haber gastado un total de 462 mil millones de pesos (27 mil millones de dólares) en la lucha contra el cambio climático y 99 mil millones de pesos en la transición energética.

Las cifras incluyen las propuestas para 2024, el último año del sexenio de López Obrador.

De estas cifras, Pemex gastó 5 mil 600 millones de pesos en el cambio climático y mil 300 millones de pesos en transición energética en el mismo periodo, muestran las cuentas públicas. La empresa no menciona proyectos de energías renovables en sus cuentas públicas.

Desde que López Obrador asumió el cargo, México impulsó la exploración y producción de combustibles fósiles a pesar de las crecientes preocupaciones ambientales, construyó una nueva refinería y adquirió otra, paralizó proyectos de energía renovable y debilitó a reguladores independientes.

La información de Pemex muestra que el gasto en infraestructura de combustibles fósiles fue frecuentemente etiquetado como verde, lo que complica una evaluación de los esfuerzos de México para abordar el cambio climático, como se comprometió en el Acuerdo de París de 2015.

México y otras naciones están bajo presión para hacer más antes de la reunión climática COP28 de Naciones Unidas que comienza en Dubái esta semana.

El patrón de etiquetar ese gasto como verde se remonta a una década y continuó durante toda la presidencia de López Obrador.

Ni la presidencia, ni la Secretaría de Hacienda, ni Pemex, ni la CFE respondieron a repetidas solicitudes de comentarios.

Víctor Gómez, un exfuncionario de la Secretaría de Hacienda, dijo que las reglas laxas y la falta de transparencia significaban que las diferentes ramas del gobierno podían declarar casi cualquier cosa como verde.

El gobierno “puede asignar recursos sin ser demasiado selectivo en la selección de los proyectos”, dijo Gómez.

“Dado que los temas de cambio climático han sido poco alentados por esta administración, la selección de proyectos se ha enfocado más en el impacto social que en el ambiental“, añadió.

En respuesta a la solicitud de Reuters de información pública, Pemex proporcionó tres bases de datos inéditas y otro documento que enumera los gastos en la lucha contra el cambio climático y la transición energética.

Los documentos contienen 709 entradas relacionadas con la vasta infraestructura de combustibles fósiles de Pemex, que van desde pozos hasta ductos y centros de procesamiento de gas, identificadas por ubicación y año, y designadas como parte de los esfuerzos de cambio climático y transición energética durante la última década.

En muchos casos, no estaba claro a qué obra se refería la entrada y Pemex no respondió a solicitudes para explicar la información.

Algunos fondos se destinaron a estudiar los efectos de los gases de efecto invernadero en el centro de procesamiento de gas Cactus, así como a vigilar la calidad del aire en el gran yacimiento petrolero marino Ku-Maloob-Zaap.

Media docena de investigadores mexicanos que revisaron los documentos dijeron que era difícil calcular las sumas de dinero gastadas en proyectos que podrían tener un valor medioambiental cuestionable debido a la falta de criterios transparentes para las asignaciones y a la falta de claridad en los detalles de las partidas.

Sin embargo, afirmaron que gran parte del gasto se destinó a operaciones ordinarias que cualquier empresa energética responsable debería realizar.

Esto incluía la eliminación de residuos peligrosos, la limpieza de terrenos contaminados y el mantenimiento y reparación de infraestructura como ductos. La CFE, por su parte, etiquetó como verdes la construcción de infraestructura de gas natural.

Algunos de estos esfuerzos pueden haber ayudado a reducir las emisiones totales, dijeron los investigadores, pero no son la transición de los combustibles fósiles a las energías renovables que los científicos han pedido para frenar los peores efectos del cambio climático.

Reuters identificó más de una docena de proyectos en el presupuesto de este año en todas las ramas del gobierno etiquetados como relacionados con el cambio climático y la transición energética que tres fuentes gubernamentales, que hablaron bajo condición de anonimato, dijeron que no parecían cumplir esas definiciones.

El ramo de Agricultura y Desarrollo Rural, por ejemplo, asignó fondos a una empresa privada que distribuye leche en zonas rurales; la Marina para “salvaguardar la soberanía y seguridad nacionales”; el ramo Medio Ambiente y Recursos Naturales para tratar agua potable y construir drenajes. Esos departamentos tampoco respondieron a solicitudes de comentarios.

México no ha publicado información sobre su estrategia, que ha sido criticada por expertos en el cambio climático por no cumplir con el Acuerdo de París. El acuerdo estipula que los países deben volverse más ambiciosos con el tiempo.

Sin embargo, López Obrador ha dicho muchas veces que su prioridad es ayudar a los millones de mexicanos que viven en la pobreza.

En 2012, México se convirtió en la primera gran economía emergente productora de petróleo en aprobar una amplia ley que allanaba el camino a medidas para reducir las emisiones. La ley no se comprometía a una cantidad concreta de gasto.

Además, en 2015, México, junto con el resto del mundo, se comprometió en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático celebrada en París a tomar medidas para contener el calentamiento global.

El país se comprometió a “desvincular las emisiones de gases de efecto invernadero del crecimiento económico”, así como a lograr la deforestación cero y a tomar medidas para aumentar la resiliencia de su población, ecosistemas e infraestructuras.

“México empezó muy fuerte”, dijo María José de Villafranca, investigadora principal para México en Climate Action Tracker. “Ha habido mucho desmantelamiento bajo el paraguas de la seguridad energética y la autosuficiencia”, estimó.

México fue el único país del mundo al que Climate Action Tracker recortó la calificación de sus esfuerzos contra el cambio climático dos veces en tres años ( 2021 y 2022), a “críticamente insuficiente”, el nivel más bajo.

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