México intenta evitar la imposición de posibles sanciones comerciales en los próximos días por no impedir la inminente extinción de la vaquita marina, la marsopa más pequeña del mundo y el mamífero marino más amenazado. 

Estudios estiman que sólo podrían quedar unos ocho ejemplares de las vaquitas en el golfo de California, también conocido como Mar de Cortés, el único sitio en el que existen y donde a menudo se enredan en redes agalleras ilegales y se ahogan. 

El gobierno mexicano presentó un plan de protección esta semana a la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, por sus siglas en inglés), que había rechazado una versión anterior.

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En el plan, el gobierno menciona que una de sus principales prioridades es establecer técnicas de pesca alternas a la pesca con redes de enmalle. 

En realidad, las labores implementadas por el gobierno para proteger a la vaquita marina han sido irregulares.

El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se ha negado en gran medida a erogar dinero para compensar a los pescadores por mantenerse fuera del refugio de vaquitas y para que dejen de utilizar redes agalleras. Esas redes son colocadas de manera ilegal para atrapar a la totoaba, un pez cuya vejiga natatoria es una exquisitez en China y se cotiza en miles de dólares por libra.

El grupo activista Sea Shepherd, que se ha unido a la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) en las operaciones de vigilancia para frenar a los pescadores y ayudar a destruir las redes agalleras, dijo que dichas labores han reducido exitosamente la pesca con redes. 

Sin embargo, el gobierno no ha gastado el dinero necesario para capacitar y compensar a los pescadores por utilizar técnicas de pesca alternativas, como redes o sedales que no atrapen a las vaquitas.

“Lo que hacen falta son más hechos en la zona para el hábitat de la vaquita y menos burocracia, menos planes”, señaló Alex Olivera, representante en México de los Centros para la Diversidad Biológica.

Olivera señaló que la CITES podría recomendar aplicar sanciones comerciales si México no toma acciones razonables. 

Por su parte, Lorenzo Rojas, biólogo marino que ha dirigido la comisión internacional para salvar a la vaquita, puntualizó que “no hay artes alternativas de pesca… Brilla por su ausencia la autoridad pesquera”, por lo que la labor para modificar las prácticas queda en manos de grupos de la sociedad civil y pescadores.

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