La cooperación internacional será un factor clave en el cumplimiento del ambicioso plan de México para reducir 140 millones de toneladas de gases contaminantes hacia el 2030, en medio de un contexto político internacional hostil, crisis ambientales crecientes y una alta dependencia económica de los Estados Unidos, indicaron ayer jueves expertos en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente.
Durante un foro organizado por la Iniciativa Climática de México (ICM) y la Unión Europea en el Día Mundial del Medio Ambiente, Francisco André, embajador de la Unión Europea (UE) en México señaló que este día invita a “mirar todo el pleno panorama”, en un momento marcado por “diversas crisis”, como la climática, ambiental, energética, alimentaria, social, incluso de seguridad.
“Ningún país por más fuerte que sea tiene capacidad para generar este tema (el cambio climático) lo que necesitamos es mirar a través del sistema multilateral (…) Es un recordatorio de que todavía estamos a tiempo, pero la verdad es que ya no hay tiempo para aprender”, sostuvo André.
“El Día Mundial del Medio Ambiente nos recuerda la urgente necesidad de actuar para detener el deterioro de nuestro hogar común. Al mismo tiempo, nos brinda la oportunidad de impulsar acciones colectivas y decididas por un mundo más justo, sostenible e inclusivo. Desde la Unión Europea, reafirmamos nuestro compromiso con la transición verde global y con el fortalecimiento de la cooperación con socios como México para enfrentar juntos estos desafíos comunes”, declaró.
En el evento se discutieron posibles estrategias, alianzas y mecanismos de influencia relevantes para fortalecer una gobernanza climática internacional eficaz y responsable, así como analizar sus implicaciones concretas para América Latina y, en particular para México, en un momento clave para definir su posición en el nuevo contexto geopolítico ambiental.
En concreto, los expertos llamaron a reforzar la cooperación con otras regiones como Europa y América Latina para impulsar una agenda distinta a la de Estados Unidos, cuyo nuevo presidente, Donald Trump, remarca su escepticismo acerca de los efectos del cambio climático y se desmarca de las iniciativas internacionales.
En su intervención, Andrea Hurtado, directora de políticas para la acción climática de la secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), explicó que el país atraviesa por una “oportunidad sin precedentes”, por lo que se impuso el compromiso de reducir el 35% de sus emisiones.
Esto, añadió, implicaría una transformación estructural en sectores clave como transporte, energía, agricultura e industria, lo que impactaría en la creación de empleos de alta cualificación en el país.
En este proceso, Hurtado enfatizó que la cooperación internacional será decisiva, pues subrayó que sin el respaldo técnico y financiero de socios como la Unión Europea, ICM, la iniciativa de cooperación GIZ alemana, el programa del Reino Unido UK Pact y las Naciones Unidas, el incremento en la ambición climática sería imposible.
Europa y Latinoamérica como líderes
“Ahora es un momento político particularmente favorable para dejar de mirar únicamente a los EU que de todas formas no están interesados (…) Ahí yo creo que el movimiento tiene que ser por Europa y Latinoamérica”, sostuvo Laurence Tubiana, directora ejecutiva de la European Climate Foundation, designada como Campeona de la COP30 para Europa.
Tubiana insistió en que las acciones para combatir el cambio climático deben acelerarse, apoyarse de innovación, así como de un componente importante de inversión privada, a fin de diseñar nuevos modelos de cooperación.
Asimismo, la excanciller Patricia Espinosa, enviada especial para América Latina ante la COP30, apuntó que el combate al cambio climático desafía “un ambiente de resistencia y hasta de hostilidad hacia las políticas y las medidas necesarias para hacer frente a esta crisis”.
“Algunos gobiernos y sectores están titubeando y tratando de diferir la acción climática (…) quienes ahora se retractan de sus compromisos de sostenibilidad, tarde o temprano tendrán que corregir sus errores. Pretender ignorar la crisis climática y ambiental va en contra de la ciencia y la humanidad. Y por ello no resistirá la prueba del tiempo”, añadió.