La gastronomía mexicana es considerada patrimonio cultural inmaterial de la humanidad: tacos, pozole y cientos de platos típicos.

Pero para preparar muchos de ellos, lejos de poder obtener los productos de los cultivos agrícolas nacionales, los mexicanos se ven obligados a importarlos, advierten los expertos. Y en gran parte esta situación es producto de los efectos negativos del cambio climático sobre el sector.

En palabras del investigador Uberto Salgado Nieto, “alrededor del 50% de los alimentos que se consumen en México son importados y este problema se ha agudizado considerablemente en el país en las últimas décadas”.

“Por ejemplo, en maíz es alrededor de un 36%, en el trigo es un 63%, en la soya oscila en un 94%”, cuenta el especialista.

Importación en alza

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Este problema de seguridad alimentaria nacional se ha vuelto mayúsculo, pues según información del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, el volumen de importación de granos subió un 11,2% y en valor un 65,1% acumulado de enero a agosto de este año con respecto al 2020.

Es decir, una cifra récord, situación que el Gobierno federal ha llamado “crisis estructural” y ha reconocido la dependencia en términos de nutrición alimentaria. A pesar de ello, el propio presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha hecho hincapié en la necesidad de importar maíz.

Esta medida tiene como objetivo disminuir el precio de la tortilla, que hoy se vende en varios estados a más de un dólar por kilo, es decir, el costo más elevado en 9 años, debido, entre otras cosas, a las sequías que han azotado a los campos nacionales, circunstancia que se ha notado en los bolsillos de los consumidores.

Un azote para los agricultores

Pero quien más sufre el hecho de que los granos sean importados, son los agricultores. Uno de ellos es Andrés Galicia Hernández, quien asegura que las autoridades no están brindando las ayudas para rescatar al campo.

“[Creo] que se debe enfocar el Gobierno a apoyar a que se quite esa venda de los ojos, que inyecte recursos aquí para la zona y tenemos producto local hasta también para sostener a esta gran urbe. Aquí hay alimento, no es necesario traerlo del extranjero”, manifestó el campesino productor.

Fue debido a la falta de apoyos económicos que muchas tierras de cultivo se fueron modificando y dejaron de utilizarse para sembrar granos, de tal modo que en muchas de ellas se comenzó a producir amapola —cuyos ingredientes sirven para producir sustancias narcóticas—, beneficiando así al crimen organizado.
Recibir ayuda o emigrar

Aunado a ello y ante la falta de recursos para el campo, muchos campesinos decidieron abandonar sus tierras y emigrar a EE.UU. en busca del ‘sueño americano’.

“El PSCenter calcula que 5 millones de mexicanos indocumentados radican en [EE.UU.] y de acuerdo con cálculos de la encuesta de migración de la frontera norte nos dice que aproximadamente el 62% de las personas que cruzan a los Estados Unidos se dedicaban a las actividades agropecuarias”, detalla Salgado Nieto.

Es por ello que hoy la solicitud de los agricultores y campesinos que se resisten a dejar sus tierras es que las autoridades les pongan atención y den mayores recursos a sus parcelas, y que sea la siembra nacional la que nutra a los mexicanos sin necesidad de traer ingredientes de campos extranjeros.

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