México ha sido tradicionalmente un país de tránsito de inmigrantes en busca del “sueño americano” pero ahora deviene cada vez más en una nación de asilo, en la que la demanda de acogida aumentó a niveles inéditos en los primeros siete meses del año.

A juicio del gobierno mexicano, el país vive “una cuarta ola histórica de refugiados”, ya que tan sólo en el primer semestre del año han llegado a México al menos 51,654 solicitantes de refugio y entre enero y julio la cifra trepó a 64,378.

La cifra de solicitudes de cobijo en este país de extranjeros que huyen de las insoportables condiciones de sus países de origen persiguiendo una mejor vida supera ya el total de los últimos seis años. A diferencia de las otras olas, la actual no se detiene desde hace ocho años y “se ha venido incrementando exponencialmente y quizá “va a seguir creciendo de forma ostensible”, señaló el titular de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), Andrés Ramírez.

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Las naciones de origen de los demandantes son 90, pero la mayoría son hondureños (41%) y haitianos (20%), seguidos de cubanos, salvadoreños, venezolanos, guatemaltecos, nicaragüenses, chilenos, brasileños y colombianos. La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en México estima que es “fundamental ofrecer alternativas de migración regular para personas que no necesitan protección internacional para no recargar los sistemas de asilo”.

En julio pasado, las solicitudes de asilo en México alcanzaron la cifra histórica mensual de 12,804, superando los registros anuales de 2013 y 2016.

La Comar ha pronosticado que este año se rebase la barrera de las 100 mil peticiones de asilo en México, una cifra histórica.

A pesar de que los haitianos son un grupo numeroso de solicitantes de acogida, en proporción se les otorga menos el estatuto de refugiados, a diferencia de los hondureños y otros inmigrantes centroamericanos.

Alejandra Macías, directora de la ONG Asylum Access México, consideró que los haitianos deberán ser favorecidos por la Declaración de Cartagena, según la cual merecen recibir la protección del gobierno por “violación masiva de derechos humanos y violencia generalizada”.

Ante la conversión gradual de México como país de destino y ya no sólo de tránsito para los inmigrantes, la directora de Sin Fronteras, Ana Saiz, demandó aumentar los fondos destinados a Comar y agilizar el rezago de peticiones que a veces llevan más de un año sin ser resueltas.

México figura en el “Top Ten” de los países que reciben más demandas de asilo, en parte a juicio del director de Comar, por las restricciones fronterizas de seguridad y sanitarias impuestas por Estados Unidos y países de Centroamérica, tanto para frenar la avalancha migratoria como la expansión de la pandemia de Covid.

El subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas, señaló que “México ha dejado de ser un país de tránsito o expulsión de migrantes a una nación de destino”.

El “crecimiento exponencial” de solicitudes de asilo y refugio preocupa a las autoridades y a los expertos.

“Jamás en la historia de México se habían presentado solicitudes de refugio de tantas nacionalidades”, señaló Encinas.

Sólo el 12 de julio pasado, arribaron a la frontera sur de México 2 mil haitianos, 10 veces más que lo normal.

“Eso nos habla de la magnitud del problema”, afirmó el titular de Comar, quien dijo que la secretaria de Seguridad y la autoridad apoyó para poder hacer frente a este problema.

A juicio de Ramírez, los problemas políticos que se agravan en naciones como Haití, Cuba y Nicaragua “podrían disparar la llegada a México de solicitantes de refugio”.

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