Agencia Reforma

En los primeros cuatro meses del año, la inversión pública en infraestructura y obra se colocó en su segundo peor nivel en la década, mientras que los subsidios alcanzaron, por mucho, su mayor nivel registrado.

De enero a abril, la inversión pública acumuló 208 mil millones de pesos, una caída de 3.2 por ciento frente al mismo periodo de 2020, con lo que se colocó 20 mil millones de pesos por debajo del promedio de los últimos 10 años, según un comparativo de estadísticas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

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Los subsidios crecieron en 11.6 por ciento para sumar 324 mil millones de pesos, con lo que lograron su mayor nivel desde 2011 y se colocaron casi 80 mil millones de pesos por encima del promedio de la década.

Entre los subsidios se encuentran transferencias a esquemas de pensiones como IMSS, ISSSTE, Pemex y fondos de aportaciones para estados, y programas como Jóvenes Construyendo el Futuro, Pensiones de Adultos Mayores, Precios de Garantía y Becas, entre otros.

Con los resultados de 2021, van 6 años desde que el gasto en subsidios es superior a la inversión pública.

Alejandra Macías, directora de Investigación del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), explicó que la caída de la inversión pública en los últimos años es grave para el potencial de desarrollo del País, lo cual no se compensa con el aumento de subsidios.

“Los subsidios tienen el objetivo de favorecer el bienestar de la población, pero la infraestructura tiene un efecto más duradero. Los programas sociales deberían tener una lógica de apoyo, pero de generar capacidades en la población para que se mantengan en una situación de no vulnerabilidad de forma permanente”, comentó.

Explicó que la visión de desarrollo de corto plazo se ha agravado en los últimos años y, en especial, con la nueva administración federal.

El hecho de que la inversión pública sea inferior a los subsidios es muy mala noticia para el crecimiento del País y refleja el hecho de que la lucha electoral, a través del gasto asistencialista, ha ido aumentando en prioridad, comentó Enrique Díaz Infante, director del Programa del Sector Financiero y Seguridad Social en Centro de Estudios Espinosa Yglesias.

“Todo esto evidencia la urgencia de una reforma hacendaria que aumente los ingresos y revise los gastos, a fin de generar el espacio fiscal para aumentar la inversión pública”, dijo.

También obliga a retomar la discusión sobre el establecimiento de un Consejo Fiscal que revise y evalúe los ingresos, el gasto y la deuda para tomar mejores decisiones de gasto, afirmó.

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