La depresión entre los mexicanos creció 9 veces durante el 2020 a causa de la pandemia de Covid-19, de acuerdo con un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), al pasar del 3 al 28% de la población en un solo año.

Según el organismo, que agrupa a las principales potencias económicas, ricas y emergentes del planeta, la crisis sanitaria causó un fuerte impacto negativo en la salud mental de los mexicanos, que no sólo se refleja en depresión, sino también en otros problemas sicológicos.

El miedo a perder el empleo o a morir y dejar a la familia a la deriva es uno de los factores que propiciaron el disparo de la depresión en un país clasificado como el cuarto con mayor mortalidad mundial por Covid-19 y el número uno en el seno de la OCDE.

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En el documento “Healt at a Glance” (La salud de un vistazo), se indica que “las personas que estaban desempleadas o tenían dificultades financieras reportaron tasas más altas de ansiedad y depresión que la población en general durante la crisis de Covid-19.

“Es una tendencia anterior a la crisis, pero parece haberse acelerado en algunos países”, sostuvo el informe, el cual indicó que la salud mental de los jóvenes también se vio afectada durante este ominoso período.

De este modo, el 49% de personas entre los 18 y 29 años estiman que los principales detonantes de estrés lo constituyen el ritmo de trabajo, el horario y el entorno laboral, de acuerdo con la Asociación de Internet y la firma de recursos humanos OCC Mundial.

En cambio, a los grupos de mayor edad les preocupa más “la posibilidad de la pérdida de empleo”.

Otro estudio titulado “Depresión en México en tiempos de pandemia”, publicado en enero último, elaborado por investigadores de la Universidad Iberoamericana y del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), reveló que la “depresión afecta de manera desproporcionada” a las mujeres y las personas más pobres.

“Como se ha observado en múltiples estudios, las mujeres reportan casi el doble de depresión que los varones”, señalaron los autores, Graciela Teruel, Pablo Gaitán, Gerardo Leyva y Víctor Hernández.

“Estas mediciones deberían representar una señal de alarma en cuanto a las inequidades sistemáticas de género y cómo se reproducen y agravan durante la pandemia”, señalaron los analistas, al indicar que “conforme el nivel socioeconómico disminuye, aumenta la prevalencia de la depresión”.

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Las desigualdades socioeconómicas prepandemia ponen, además, “en seria desventaja a estos grupos para enfrentar la crisis sanitaria y económica: a menor nivel socioeconómico mayor el sufrimiento psíquico”, sostiene el estudio.

Lo peor de todo es que hay evidencias de que “la pandemia está profundizando en múltiples dimensiones la desigualdad en México” con consecuencias en materia sanitaria, económica y social, afirma.

La Asociación Mexicana de Dirección de Recursos Humanos considera que el estrés, la ansiedad, la depresión y la fatiga son algunos de los síntomas que se elevaron en forma alarmante en el país, entre las personas que trabajan.

A ellos se añaden el temor de contagio, la inseguridad financiera y laboral, así como el exceso de información y el aislamiento.

En la postpandemia, emerge una oleada de desórdenes mentales que apenas comienza a perfilarse, según los especialistas.

“Después de 20 meses de incertidumbre, tristeza y pérdidas a causas del Covid-19, el mundo sufre ya los estragos de esta pandemia subyacente”, señaló Mauricio Reynoso, director general de la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos.

Los expertos alertaron que, si no se toman recaudos para afrontar esta escalada, se podrían generar una serie de problemas como “alta rotación de personal, ausentismo, accidentes laborales y altos gastos médicos”.

El estudio de OCC Mundial y la Asociación de Internet estimó que la mitad de las empresas no consideran adoptar medidas para afrontar estas dificultades. 

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