La violencia en la frontera sur se ha recrudecido desde hace más de dos años debido a la guerra que protagonizan el cártel de Sinaloa y el cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) por el control de una región del estado de Chiapas que es central para el tráfico de drogas, armas y personas.
Los asesinatos, secuestros, extorsiones y actos de terror han provocado el desplazamiento forzado de miles de habitantes de los municipios chiapanecos de Frontera Comalapa, Amatenango de la Frontera, Siltepec, Motozintla, Chicomuselo y La Trinitaria.
En su ofensiva, el CJNG ha sumado a dos organizaciones armadas a sus propósitos de expansión: “Los Huistas”, provenientes de Guatemala, y la autollamada Fundación Maiz, que significa Mano Izquierda.
Estos grupos delincuenciales amenazan y obligan a los habitantes a realizar movilizaciones y pagar extorsiones. Quienes desobedecen están condenados al exilio o a ser asesinados.