Adán Augusto López Hernández renunció ayer a la Secretaría de Gobernación (Segob) para participar en el proceso de elección de la candidatura de Morena, PT y PVEM a la Presidencia de la República y será Alejandro Encinas, quien quede como encargado de despacho, informó Andrés Manuel López Obrador.
Encinas se desempeña actualmente como subsecretario para Derechos Humanos de la dependencia.
“Me presentó su renuncia el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, no es por ineficiencia o mal desempeño, eso debe de quedar claro. Se da esta renuncia en la circunstancia que estamos viviendo de que hay miembros del gabinete que van a participar en procesos, en este caso para ser coordinadores de la Transformación de México, aun cuando mi función es otra, la de presidente de la República y gobernar para todos”, comentó.
“Por eso ayer Adán renunció, porque va a buscar ser el sustituto, el relevo, como ya lo hicieron Marcelo Ebrard en su ámbito de competencia, Ricardo Monreal, la jefa de Gobierno que renunció, Claudia Sheinbaum, ese es el proceso”, agregó.
En conferencia de prensa, el mandatario federal expuso que las renuncias no se presentan por un mal desempeño de sus funciones sino por la sucesión presidencial que ha comenzado en el país y porque han representado ser el mejor cuadro para darle continuidad a su proyecto político.
“Los que pueden llevar a buen puerto está embarcación, este barco que ya tiene rumbo”, enfatizó.
“Ya sabemos muy bien por ejemplo esto que estamos tratando no dar ni un paso atrás, ni siquiera para tomar impulso en el combate a la corrupción, desterrar la corrupción del país”, dijo.
Se tiene previsto que López Hernández presente hoy su registro como aspirante a la Coordinación de Comités en Defensa de la Cuarta Transformación, sin embargo, ayer, su equipo de campaña dijo que no lo haría de manera presencial sino que mandaría a alguien más.
Esta mañana, Adán Augusto hizo pública la carta con la que renunció a su cargo, la difundió en sus redes sociales y recordó el proceso de desafuero de AMLO.
Aquí la reproducimos completa:
“Licenciado Andrés Manuel,
No quiero perder la oportunidad de compartirle que, diariamente, he rememorado aquel episodio que cambió nuestro rumbo y el de toda la Nación.
Fue hace 18 años cuando los oligarcas que se sentían dueños de un país entero, decidieron envalentonados que podían robamos también el derecho de votar por un luchador social al que queríamos desaforadamente.
Terminaba marzo de 2005, en plena vorágine política, cuando tuve la oportunidad de acompañarlo en una de sus sencillas conferencias de prensa, en aquel parque de Copilco, donde me preguntó: “Adán, ¿qué andas haciendo?” a lo que respondí “aquí, respaldándolo frente a la injusticia que quieren cometer”
Esa conversación inocente terminó con una instrucción que parecía fácil: “Adán, ven a ayudarme”. Y desde entonces, hasta que la vida me lo permita, pretendo seguir cumpliéndola.
Como usted sabe, en política hay instrucciones, pero no un manual de instrucciones, y nos tuvimos que adaptar a las necesidades del momento. Muchos aprendimos a ser militantes de base, dirigentes partidistas, diputados, senadores, delegados, activistas, juristas, comunicadores, y por qué no, hasta gobernadores y secretarios, con el propósito de poner en valor la confianza que usted, y el pueblo de México, habían depositado en nosotras y en nosotros, y en el Proyecto de Nación.
En todos estos años aprendí que lo valioso de una instrucción no es su precisión, ni su tono, ni su complejidad, sino algo más evidente: sus consecuencias, y hoy, yo soy poco más que una consecuencia de la lucha que usted encabeza, y encabezó por décadas. Un ayudante de campo del sol, como diría Pellicer.
No se lo niego: la estima, el respeto y la admiración que siento por usted, la misma que le profesaban Payambé y Aurora, quienes partieron orgullosos tras verlo dirigiendo a la Nación, hace complejo para mi solicitarle que acepte mi renuncia al frente de la Secretaría de Gobernación, cargo que me permitió acompañarlo mientras escribe una de las páginas más luminosas de Tabasco, de México y de la historia de la democracia latinoamericana.
Por ello, yo prefiero pedirle que si está en su agrado, me releve de este cargo para así atender con la tenacidad, los valores, y el compromiso histórico que usted sembró, el encargo de profundizar la Cuarta Transformación de la vida pública nacional
Le ruego que no crea que ‘busco algo mejor o más grande’ que el privilegio de acompañarle, todo lo contrario. La realidad es que usted ya ha hecho más que suficiente por todas y todos nosotros”.