El Ejército mexicano tiene una estructura secreta de espionaje ilegal que usa el software Pegasus para interferir en las investigaciones de abusos de activistas que denuncian violaciones a los derechos humanos de las Fuerzas Armadas, reveló la investigación “Ejército Espía”.

La indagación de la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D), Artículo 19 y Social Tic, demostró que, de acuerdo con documentos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), dicha estructura militar espió con Pegasus al activista Raymundo Ramos.

La investigación mostró que detrás del espionaje a Ramos hay una estructura militar secreta: el Centro Militar de Inteligencia.

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“Por primera vez, gracias a documentos filtrados por el colectivo Guacamaya, podemos saber más sobre esta rama del Ejército Espía”, señalaron las ONG.

El reportaje afirma que el objetivo de este centro es “aportar productos de inteligencia que se generen de la información obtenida en medios cerrados”, es decir, a través de la intervención de comunicaciones privadas.

“Las Fuerzas Armadas no tienen facultades legales para llevar a cabo dichas tareas”, enfatiza el informe.

Otro documento revela que el Centro Militar de Inteligencia ve como una de sus principales amenazas “que se evidencien ante la opinión pública las actividades que se realizan en este centro”.

Además de que están plenamente conscientes de que su actividad es “ilegal”, de acuerdo con un análisis interno.

Una investigación de medios internacionales reveló en 2021 que en varios países intervinieron 50 mil teléfonos con el programa Pegasus, de los que 15 mil casos fueron en México durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, la cifra más alta del mundo.

La investigación reveló que fueron intervenidas las comunicaciones de activistas y periodistas; del entonces líder opositor y actual presidente, López Obrador, además de algunos de sus colaboradores y su cardiólogo, así como familiares de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa.

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