Terminar con el sistema del Seguro Popular en México, que durante dos décadas dio atención médica a la población no asegurada, era necesario, pero el error fue hacerlo cuando venía la pandemia de la covid-19, dijo en una entrevista con EFE la economista Felicia Knaul de la Universidad de Miami.

Esta fue la principal conclusión a la que llegó Knaul en el artículo “Mejorando el desempeño del sistema de salud en México” publicado el lunes en la prestigiosa revista The Lancet y coescrito por más de una decena de expertos en la materia, entre ellos el exsecretario mexicano de Salud Julio Frenk (2000-2006).

En dicho texto, los especialistas analizaron el sistema de salud de México entre 2012 y 2021 y los resultados intrínsecos en salud, capacidad de respuesta, protección financiera, inversión en salud y distribución en los estados.

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Además, analizaron qué ha pasado con el cierre del Seguro Popular, una controversial decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre el sistema que atendía a los mexicanos que carecen de cualquier tipo de seguridad social.

“No es simplemente decir estuvo mal o estuvo bien el cierre del Seguro Popular, el hallazgo más importante fue poder decir que el error fue hacerlo cuando venía una pandemia”, enfatizó Knaul, también directora del Instituto de Las Américas de Miami.

La experta señaló que el análisis arrojó que podría haber sido mejor que en marzo de 2020, cuando se declaró el inicio de la pandemia por covid-19, el Gobierno mexicano hubiese evitado quitar el sistema y generar más confusión haciendo un cambio “tan fundamental”.

Si bien los expertos reconocen que el Seguro Popular “ya le quedaba chico al país”, lo que se debió hacer, a decir de Knaul, era ajustarlo, reinventarlo “pero no había que destruirlo sin ningún plan”.

GASTO CATASTRÓFICO

Otro de los hallazgos, detalló Knaul, es que en el tema de protección financiera, que se mide respecto al gasto catastrófico y el gasto de bolsillo -lo que desembolsa una persona para atender su salud-, México venía mejorando.

Sin embargo, por la desaparición del seguro popular y la pandemia, la situación empeoró.

“El gasto catastrófico fue una catástrofe. Lo que vimos en 2020 fue el peor nivel, el nivel más alto desde que medimos este indicador en 1992″, comentó.

Abundó que casi 5 millones de hogares se vieron afectados en 2020 comparado con 2,4 millones en 2018.

Esto, dijo, se agudizó durante la pandemia, pues además también desapareció el IMSS Prospera, un programa de inclusión social que operaba con 300 clínicas en el país y brindaba servicio a la población que carecía de acceso a los sistemas de seguridad social en México.

“Las personas tampoco tuvieron esta plataforma tan a la mano para apoyar a los pobres cuando perdieron sus ingresos debido a la situación de la pandemia, entonces les vino como un doble golpe porque tuvieron que gastar más en salud sin tanta capacidad de pago”, expuso Knaul.

BUSCAR SOLUCIONES

El artículo también presenta una serie de propuestas de mejora, entre ellas cambiar el sistema de compras de medicamentos “que no funciona”.

“Hacer que México participe en plataformas regionales Organización Panamericana de la Salud (OPS) para las compras”, sugirió Knaul.

Además, recomienda un mayor uso de la telemedicina e implementar la portabilidad de los servicios para hacer frente a la fragmentación en el sistema de salud, lo que ayudaría a ampliar los servicios y que la población tuviera un mejor acceso.

Aunado a ello, la regulación y certificación de las farmacias privadas para que se conviertan en una opción de atención.

Finalmente, la experta consideró necesarias reformas profundas, a algo a lo que podrían apostar los presidenciables para 2024.

“Reformas que realmente nos lleven a solucionar este problema de fragmentación en el acceso a los derechos, y pensar en la salud como el derecho social y no laboral”, concluyó. 

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