La presidenta Claudia Sheinbaum respondió con mesura al mensaje difundido por el exmandatario Andrés Manuel López Obrador, quien desde su finca en Palenque presentó su nuevo libro “Grandeza” y sugirió que, de ser necesario, regresaría a las calles para defender la soberanía, la democracia o ante la eventualidad de un golpe de Estado.

En su conferencia matutina, Sheinbaum dijo sentirse “gustosa” de ver al expresidente, pero rápidamente delimitó el alcance de su planteamiento. “Afortunadamente no estamos en ninguna de las tres circunstancias que planteó y el pueblo de México está con el proyecto”, afirmó, en una declaración que buscó reconducir el debate hacia la normalidad institucional.

La mandataria aprovechó para recordar que ya había anticipado la publicación del libro semanas atrás -cuando afirmó que “un pajarito” le adelantó la fecha- y destacó que el texto se encuentra en librerías. Describió “Grandeza” como una obra centrada en las civilizaciones originarias del país y llamó a leerlo, subrayando la relevancia del legado histórico que plantea López Obrador.

Pero más allá del tono cordial, la respuesta de Sheinbaum operó como un mensaje político. Mientras el expresidente volvió a recurrir a la retórica de movilización que marcó su trayectoria, la jefa del Ejecutivo optó por enfatizar estabilidad y fortaleza gubernamental. “El pueblo está unido, fuerte y el movimiento va avanzando”, señaló, alejando así cualquier lectura de conflicto o riesgo institucional.

El intercambio exhibe el delicado equilibrio de la transición dentro de la 4T. Por un lado, Sheinbaum mantiene la deferencia hacia la figura de López Obrador; por el otro, reafirma que su gobierno no se rige por escenarios de confrontación, sino por la consolidación de su propia conducción política. En un gesto que combina continuidad y afirmación de autoridad, la presidenta dejó claro que el rumbo del país pasa ahora por Palacio Nacional, no por un eventual retorno a la calle.

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