Fuertes brotes de violencia resurgieron en las últimas semanas en varias regiones de México con acciones agresivas entre grupos de delincuentes que dejaron decenas de personas muertas y obligaron a cerrar escuelas y paralizar actividades, colocando a la población en vilo.
El Ejército decidió redoblar su presencia en al menos cuatro estados del país, Zacatecas, Sonora, Colima y Michoacán, debido a que se acentuó la encarnizada disputa entre grupos criminales, que colocó a civiles entre “la espada y la pared”, obligándola a resguardarse en sus viviendas.
El gobernador de Zacatecas, David Monreal, admitió que el crimen organizado “pretende atemorizar a la población y a las autoridades”, con diversas matanzas que han sacudido a esta región minera del centro de México.
“Son tiempos difíciles para gobernar, pero confío en que tarde o temprano, la estrategia contra la inseguridad dará resultados”, afirmó el jefe de gobierno, luego que su estado se convirtió en “teatro del horror” cuando el 5 de febrero pasado fueron hallados 16 cuerpos de personas esparcidos en las calles o abandonados en una furgoneta.
Una feroz rivalidad entre las dos bandas dominantes del país, el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa ha manchado de sangre diversas zonas del país como Zacatecas, donde el 6 de enero al menos 10 cuerpos fueron abandonados dentro de una furgoneta frente al Palacio de Gobierno de la capital.
El pasado 18 de noviembre fueron colgados 8 hombres de un puente en la ciudad de Cuauhtémoc, en un intento de una banda no identificada de intimidar a grado extremo para intimidar a sus rivales.
Desde que a fines del 2006 el entonces presidente Felipe Calderón puso en marcha su fallida “guerra contra el crimen” apoyado en las Fuerzas Armadas, se cuentan al menos 335,000 muertos y 93,000 desaparecidos.
Durante la actual gestión del presidente Andrés Manuel López Obrador promedian 100 homicidios dolosos por día, y la cifra de muertes roza los 35,000 por año, con lo que suman 111,970 asesinatos desde que asumió su encargo hace 3 años.
Expertos en seguridad calculan al menos 16 grupos criminales activos en México, de los cuales los más hegemónicos son el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa, liderado por Joaquín “El Chapo” Guzmán, condenado a 10 cadenas perpetuas por tráfico de cocaína en Estados Unidos en una corte de Nueva York a mediados del 2019.
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El estado de Colima, el más pequeño del país, en las costas del Pacífico, donde se ubica el principal puerto de la región, Manzanillo, por donde ingresan grandes cargamentos de materia prima para producir drogas sintéticas como el fentanilo, 50 veces más potente que la heroína, es otra de las “zonas calientes” azotadas por violencia.
Al menos 16 personas han muerto en los últimos cinco días luego que el llamado Cártel Independiente de Colima, también denominado Los Mezcales, cortó sus lazos con el CJNG, que era en la práctica su brazo armado y ahora decidió cambiar de patrón y ponerse al servicio del Cártel de Sinaloa.
Como reflejo de esta ruptura, una riña entre integrantes del CJNG y del cártel local al interior de una prisión de Colima dejó 10 personas muertas y siete más heridas el pasado 25 de enero.
En tanto, en el estado de Sonora se incrementaron 11% los homicidios sobre todo en las cercanías con la frontera con Estados Unidos como el poblado de San Luis Río Colorado y en el puerto de Guaymas.
El gobernador Alfonso Durazo, ex secretario de Seguridad Pública, dijo que 96% de las víctimas de homicidio doloso se relacionan con actividades de tráfico de drogas al menudeo.
En Michoacán, en tanto, sigue una disputa sin cuartel entre el CJNG y organizaciones locales, algunas de autodefensa, lo que mantiene a la zona de Tierra Caliente, pero en especial a la localidad de Aguililla, donde nació el líder de aquella organización, Nemesio Oseguera, en una situación altamente volátil.
