Familiares y sobrevivientes de la ‘guerra sucia’ en México entraron esta semana al Campo Militar No. 1 para reconocer el sitio en donde se cometieron violaciones graves a los derechos humanos desde los años 60.
La entrada al sitio formó parte de las labores de la Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de las violaciones graves a los derechos humanos de 1965 a 1990, la instancia que busca indagar y ampliar los testimonios de abusos cometidos por el Ejército en contra de grupos insurgentes, opositores, organizaciones estudiantiles, movimientos sociales y campesinos.
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“La idea es reivindicar la historia de las víctimas y mostrar que la narrativa que han venido sosteniendo hace 50 o 60 años tiene fundamento histórico y es necesario reconocerla como país”, dijo David Fernández, integrante de la Comisión, al presentar este viernes los resultados de la primera visita al Campo Militar No. 1.
En el marco de la visita, que contó con el acompañamiento de expertos en criminalística y arquitectura forense, la Comisión encontró “dos sitios probables” e indicios en otros dos lugares en donde se habrían cometido algunas de las violaciones a los derechos humanos, ya que de acuerdo con las víctimas, en esta instalación militar se cometieron detenciones ilegales, torturas y desapariciones.
El primer recorrido incluyó el reconocimiento de pisos, zoclos, ventanas, paisajes y subterráneo.
“Encontramos indicios creíbles de que el campo fue escenario de crímenes de lesa humanidad, y fue escenario de violaciones gravísimas a los derechos humanos”, afirmó Fernández.
Colaboración “pasiva”
Pese a los primeros hallazgos, la Comisión lamentó que se encontraron con la dificultad adicional de la “colaboración pasiva del Ejército”.
“Abrieron sus puertas, nos dejaron entrar; sin embargo, no nos indicaron en ningún momento la historia de las edificaciones, los procedimientos que habían vivido”, apuntó Fernández. “No pudimos tener una colaboración activa que facilitara las investigaciones que teníamos que realizar”, agregó.
Para Fernández, el período conocido como ‘guerra sucia’ (1965-1990) en realidad consistió en un “operativo de aniquilamiento de grupos de personas organizadas que luchaban por una sociedad mejor” y, por lo tanto, en “terrorismo de Estado”.
En este sentido, Fernández llamó a “superar la narrativa de que las Fuerzas Armadas solo obedecieron a los mandos civiles”, ya que “tenían márgenes de autonomía muy importantes que les permitía actuar con independencia y con clandestinidad en muchas ocasiones”, explicó.
Además del primer acto de reconocimiento, la Comisión tiene previsto visitar instalaciones militares en Oaxaca, Guerrero, Sinaloa y Chihuahua.