Alemania y Francia se sumaron a las naciones que suspendieron la venta de armas a Turquía, tras manifestar su oposición a la campaña militar que Ankara lanzó contra las milicias kurdas del norte de Siria.

Las dos naciones se sumaron al grupo de naciones como Holanda, Finlandia y Noruega, que ya había realizado anuncios similares tras manifestar su oposición a la campaña militar turca, la cual podría generar crear un crisis humanitaria en la región, ya convulsionada por la guerra civil que arrecia desde el 2011, destaca Infobae.

Heiko Maas, ministro de Exteriores alemán, dijo que “en el contexto de la operaciones militares ofensivas en el noreste de Siria” su gobierno cancela la venta de nuevo equipamiento militar que pueda ser usado en Siria por Turquía.

Alemania exportó en 2018 a Turquía armas por un valor de 270 millones de dólares, casi un tercio del total de sus ventas.

En tanto, la Cancillería de Francia declaró que “a la espera del cese de esa ofensiva, decidió sumarse a la medida con efecto inmediato.

Francia y Alemania se unen así a la decisión anunciada en los últimos días por Holanda y Noruega, naciones que junto a Turquía, son aliados y miembros de las Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Las fuerzas turcas tomaron la víspera el control de la ciudad de Ras al-Ain, situada al este del río Éufrates, en el noreste de Siria, en el marco de su ofensiva lanzada hace tres días contra las milicias kurdas, en la cual 34 civiles han muerto y casi 200 mil personas se han visto desplazadas.

“Después de varias operaciones exitosas dentro de nuestra ofensiva ‘Primavera de Paz’, la ciudad de Ras al-Ain, situada al este del Éufrates, ha pasado bajo nuestro control”, aseguró el Ministerio de Defensa de Turquía en un comunicado, reportó el diario Hürriyet.

Las fuerzas turcas ya habían tomado 18 localidades en los alrededores de Ras al-Ain y Tal Abiad en su avance contra las llamadas “Unidades de Protección Popular” (YPG), hasta ahora apoyadas por Estados Unidos en la lucha contra el Estado Islámico (EI), pero consideradas por Ankara como terroristas por sus vínculos con la guerrilla turco-kurda.

Turquía lanzó el miércoles pasado su denominada “Operación Primavera de Paz” contra las milicias kurdas en el noreste de Siria con el objetivo de alejar a los “terroristas” de la frontera turca y establecer una zona segura para acoger a los miles de refugiados sirios que permanecen en territorio turco.

Desde entonces, al menos 34 civiles han perdido la vida, mientras cerca de 200 mil se han visto obligados a huir de sus hogares por los ataques y combates entre las tropas turcas y las milicias kurdas sirias, reportó este sábado la Media Luna Roja Kurda.

Asimismo, unos 415 “terroristas”, como Turquía denomina a los combatientes de las YPG, han sido abatidos en los cuatro días de ofensiva en el noreste del territorio sirio.

Turquía, que tiene una frontera de 911 kilómetros con Siria, ha denunciado que el proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y su extensión YPG constituyen la mayor amenaza para el futuro sirio, poniendo en peligro la integridad territorial y la estructura unitaria del país.

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