Los aliados de Washington temen que la industria militar estadounidense pueda fracasar a la hora de responder a las expectativas, debido a la cantidad de conflictos en el mundo que requieren de la asistencia de EE.UU., informa Bloomberg, que cita fuentes gubernamentales.

“Enfrentado a guerras calientes en Oriente Medio y Ucrania y a una guerra fría con China, Estados Unidos está empezando a parecer sobrecargado”, escribe el medio.

Además de seguir fabricando proyectiles de artillería destinados a Ucrania para asegurarse de que Kiev siga haciendo frente a las tropas rusas, y de armar a Taiwán ante la posibilidad de un conflicto bélico con Pekín, el Pentágono tiene que despachar urgentemente sistemas de defensa antiaérea a Oriente Medio ante la posibilidad de que la escalada de las hostilidades entre Israel y Hamás se desborde y derive en un conflicto más amplio en la región.

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“En las capitales de Europa y de Asia, las autoridades están cada vez más preocupadas ante la posibilidad de que algunos socios se vean en desventaja, ya que el aumento de los desafíos simultáneos pone a prueba la capacidad de respuesta de EE.UU., y su industria de defensa tiene dificultades para producir suficientes armas para todos estos conflictos”, indica Bloomberg.

La solicitud de 106.000 millones de dólares que el presidente estadounidense Joe Biden ha pedido al Congreso en concepto de ayuda a Ucrania, Israel y Taiwán, se enfrenta ya a la oposición de los republicanos. Los temores de los aliados de Washington se avivan ante las elecciones presidenciales de 2024, que podrían traer de vuelta a la Casa Blanca a Donald Trump, quien ha declarado que planea retirarse de alianzas, mejorar la relaciones con Rusia y enfrentarse abiertamente a Irán y a China.

Aunque Biden se ha apresurado a asegurar a los líderes de todo el mundo que EE.UU. será capaz de hacer frente a todas las amenazas simultáneamente y mantener el apoyo prometido, “funcionarios gubernamentales reconocen en privado que la crisis en Oriente Medio ha socavado lo que había sido un principio clave de su enfoque global: que la región, durante mucho tiempo tumultuosa, se dirigía finalmente hacia un periodo en el que no requeriría un compromiso tan grande por parte de EE.UU.”

EE.UU. estaba retirando recursos de esta región para redistribuirlos hacia la amenaza china y rusa, convencido como estaba de que el reciente acercamiento de Israel con algunos países árabes podría garantizar la seguridad del Estado judío sin una gran presencia estadounidense. Ahora esta idea está en entredicho, razón por la que “EE.UU. ha urgido a Israel a detener su ofensiva terrestre contra Hamás en la Franja de Gaza” para, de esa forma “tener tiempo para reforzar sus defensas en la región”, resalta el medio.

Simultáneamente, se está cuestionando la continuación de la ayuda a Ucrania en el Congreso ante la falta de avances de la contraofensiva ucraniana y los reveses que ha experimentado la industria de defensa estadounidense a la hora de reabastecer las reservas de municiones de artillería, agotadas por las fuerzas ucranianas.

“Nuestra base industrial no estaba preparada para tener que reponer al mismo tiempo tantos tipos diferentes de armas para múltiples socios distintos”, reconoció Michèle Flournoy, ex subsecretaria de Defensa de EE.UU.

El medio indica que la proporción del gasto militar de EE.UU. ha llegado al mínimo de más de dos décadas, habiendo ahora solo cinco contratistas principales en este ámbito, en comparación con los 51 de 1993, justo tras el final de la Guerra Fría.

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