“¿Cuánto?”. Así saludaban los cajeros de los bancos a los clientes en una ventanilla este viernes por la mañana en el centro de Buenos Aires, Argentina.
En el último día en que los argentinos pudieron retirar depósitos en dólares o comprar dólares con sus pesos devaluados, las líneas eran visibles fuera de varias sucursales y los interiores se llenaron rápidamente una vez se abrieron las puertas. Una institución, consciente de la larga espera, incluso ofreció medialunas, jugo y Coca-Cola para los clientes.
No importa si el voto es por el actual presidente, Mauricio Macri, o el favorito, Alberto Fernández. Todos tienen una cosa clara: los próximos meses serán volátiles, incluso para los estándares de Argentina, y en lugar de arriesgarse a que su dinero quede atrapado o convertido en pesos, es mejor mantenerlo en un lugar seguro en casa antes de la votación del domingo.
A pesar de que Macri impuso controles de capital a principios de septiembre para detener un desplome en la moneda, los ahorristas aún pueden comprar 10 mil dólares al mes de sus cuentas.
Por la incertidumbre, los pequeños retiros se han multiplicado esta semana. Las reservas del Banco Central se han hundido 2 mil 200 millones de dólares solo esta semana, y aunque parte de eso es para pagar la deuda del Gobierno y proviene de grandes corporaciones, las transacciones minoristas han aumentado.
Los argentinos ya habían extraído 11 mil 800 millones de dólares, aproximadamente el 36.4 por ciento del total de las cuentas desde las fatídicas elecciones primarias del 11 de agosto, hasta el lunes.
Los ahorristas también están saliendo de depósitos a plazo fijo y fondos locales para comprar más dólares, y más de una cuarta parte del dinero en fondos mutuos denominados en pesos han salido solo en esta semana.
La histeria no solo es visible en las multitudes en los bancos y los nerviosos peatones en las calles que intentan esconder fajos de billetes. Mientras hablaba de los diferentes tipos de cambio, un programa de televisión local mostraba llamas en el fondo con billetes quemados volando por el aire el viernes por la mañana.
El peso se ha hundido 37 por ciento solo este año, la mayor parte de eso antes de que se implementaran los controles de capital. Una variedad de tipos de cambio informales utilizados tanto por inversores como por personas en las calles como parte de un mercado negro se cotizan muy por encima de la tasa oficial de 60 pesos por dólar.
En un popular programa nocturno con economistas y analistas el jueves por la noche, el debate se centró en cómo desactivar la “bomba” económica después de las elecciones y si los formuladores de políticas y el equipo económico entrante de Fernández deberían cortar el cable verde o el rojo.
Como se espera que el candidato del ‘Frente de todos’ gane el domingo, la atención se centra más en sus comentarios iniciales que en los resultados. Las indicaciones que dé durante su discurso del domingo y si asigna rápidamente un equipo económico para negociar una transición serán clave.
El Banco Central ya está preparando un menú de opciones para restringir más las compras en dólares, a fin de cerrar la brecha hasta el cambio de Gobierno el 10 de diciembre, según la persona con conocimiento directo del asunto.
Ya sea desde fines de los años 80 o desde 2001, muchos ya han visto crisis económicas severas que paralizan sus ahorros y son astutos financieros cuando se trata de saber cuándo comprar o vender dólares.
De vuelta en los bancos esta mañana, cuando los clientes recibieron números y se dieron cuenta de que había hasta 100 personas frente a ellos, más de uno comentó “esto es una locura”.