El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, se entregó formalmente a las autoridades este martes y fue arrestado durante su comparecencia en un tribunal federal en Miami, previo a su comparecencia judicial por acusaciones de que retuvo documentos clasificados en su residencia Mar-a-Lago en Florida.

Se prevé que Trump se enfrentará con un magistrado, dando inicio a un proceso legal en medio de la contienda para las elecciones de 2024 y que acarrea profundas consecuencias no solo para su futuro político sino también para su libertad personal.

Cuatro camionetas (SUVs) negras entraron al garaje del tribunal en Miami, seguidas por policías, previo a la comparecencia fijada para las 13:00 horas (tiempo de México). Una quinta camioneta negra permaneció afuera. Las medidas de seguridad eran estrictas alrededor del edificio, pero no había indicio de perturbaciones significativas.

Trump encaró la histórica cita judicial con su típica fanfarronería, insistiendo —como lo ha hecho durante años con quejas legales— que no hizo nada indebido y que se le persigue por razones políticas.

Pero la gravedad del momento era incontrovertida, pues deberá responder a 37 cargos penales de retener ilegalmente documentos clasificados que, según la fiscalía, habrían puesto en riesgo la seguridad nacional si se hubiesen revelado, y de tratar de esconderlos una vez que las autoridades exigieron su devolución.

Junto al expresidente fue detenido su ayudante y coacusado, Walt Nauta. Se espera que se les tomen las huellas dactilares y sean procesados, como ya ocurrió con Trump por el caso que se le sigue en Nueva York por cargos relacionados con un supuesto pago irregular en 2016 a la actriz porno Stormy Daniels, para que no hiciera público la relación que mantuvieron.

El caso está lleno de implicaciones políticas para Trump, de 76 años y quien actualmente se perfila como el favorito entre los aspirantes a la candidatura presidencial republicana para las elecciones de 2024.

El caso plantea profundas consecuencias políticas e incluso la posibilidad de una sentencia de cárcel de varios años. Incluso para un exmandatario que ha estado sumido en investigaciones desde que abandonó el cargo político, el caso de los documentos resalta por el aparente volumen de evidencias acumuladas en su contra y por la severidad de las acusaciones.

Es además un momento histórico para el Departamento de Justicia, que hasta la semana pasada jamás había presentado cargos contra un expresidente. El secretario de Justicia, Merrick Garland, designado por el presidente Joe Biden, ha tratado de proteger al departamento contra los ataques políticos al designar a un fiscal especial, Jack Smith, quien el viernes declaró: “Tenemos un solo conjunto de leyes en este país, que rigen para todos”.

La presentación de cargos, aunque es mayormente una medida de oficio, es la más reciente en un proceso sin precedente de rendición de cuentas para Trump, quien además enfrenta cargos en Nueva York por pagar a mujeres por su silencio durante la campaña presidencial de 2016, y quien está además siendo investigado en Washington y Atlanta por las gestiones por revertir el resultado de las elecciones de 2020.

“Están haciendo esto porque no pueden ganar las elecciones limpiamente”, aseveró Trump el lunes en entrevista con Americano Media.

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