Andrés Manuel López Obrador, presidente nacional de Morena y próximo candidato, por tercera ocasión, para la presidencial del país en 2018, escribió un texto que compartió a través de redes sociales, donde habla a profundidad acerca de su rancho La Chingada y por primera vez se pronuncia acerca de lo que haría si llegara a perder una vez más.
En el escrito que fue publicado integro en el perfil de Facebook de López Obrador, señaló que la Quinta que heredó de sus padres, la entregó a sus hijos, precisando que como ha dicho anteriormente, no cuenta con bienes materiales.
“En 2015, manejando un vehículo en el camino de Palenque a Villahermosa, con Beatriz y mis cuatro hijos, les dicté mi testamento político que ya obra en manos de un notario. Repito: no tengo ningún bien material, ni cuentas de cheques ni tarjetas de crédito. En otras ocasiones, he explicado que nunca me ha interesado el dinero, aunque por respeto a las personas, no dejo de recalcar que no todo el que tiene es malvado. Precisamente, en 2015, entregué a mis hijos la Quinta La Chingada, heredada de mis padres: a Jesús le toca la casa y 4 mil metros cuadrados; a José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo Alfonso, una superficie de 2 mil 500 metros cuadrados a cada uno. Cuando les informé a mis hijos grandes que al Jueche le quedaría la casa de sus abuelos, porque no había recibido nada, ninguno se disgustó, son buenos de verdad”.
Sin embargo, el presidente de Morena precisó que se reservó el derecho de usufructo, que consiste en que una persona puede usar los bienes de otra y disfrutar de sus beneficios, con la obligación de conservarlos y cuidarlos como si fueran propios. Esto debido a que si vuelve a perder la elección presidencial, su plan es irse a la Quinta La Chingada.
“Aclaro también que este reparto ante notario fue reservándome el derecho al usufructo, porque deseo vivir cuando pueda y hasta que muera en la Quinta La Chingada. Si el pueblo de México se manifiesta en 2018 por un cambio de fondo y me da su confianza, vendría a la quinta como ahora, de vez en cuando; pero si la mayoría de la gente dice que no me quiere gobernando o los de la mafia del poder nos lo impiden, entonces sí me iría literalmente a La Chingada. Es mi plan B: refugiarme en este lugar maravilloso”.
AMLO dijo que se dedicaría a dar clases pues de algo tiene que vivir, “Adelanto que me dedicaré a leer, escribir y a dar clases, porque de algo tengo que vivir. Además, así mis adversarios conservadores no seguirán necios preguntando “de qué vivo, si no trabajo”. En este tiempo, la respuesta a esa pregunta maliciosa es que “vivo del l’oro de Palenque”, por aquello del “oro de Moscú”.
Finalmente aseguró que de perder en 2018 no volvería nunca más a ser candidato de nada, pero que no dejará de luchar por la justicia y la verdadera democracia, “En fin, si desgraciadamente nos va mal en el 18, seguiré sembrando plantas e ideas hasta que fallezca, pero no volvería nunca más a ser candidato a nada. Diría: quise ser como Juárez, Madero y Lázaro Cárdenas, y no pude o no supe hacerlo. Mientras viva, no dejaré de luchar por la justicia y por la auténtica democracia, pero me retiraré del protagonismo político para así, con humildad y arrogancia, al mismo tiempo, poder decir a mis adversarios y a quien quiera oírlo, “ya ven, no soy un ambicioso vulgar”. Sólo me importa estar bien conmigo mismo, con mi conciencia, con el prójimo, con la nación y con la historia.