Las elecciones presidenciales en EE.UU., que se celebran cada cuatro años, implican un proceso complejo que incluye varias etapas y dura casi dos años, según la descripción del sitio web del Gobierno estadounidense. El día de la votación para elegir al próximo mandatario del país se realiza el primer martes posterior al primer lunes de noviembre y este año será el 5 de noviembre.
¿Quién puede postularse?
El proceso para elegir al presidente de EE.UU. empieza en la primavera del año anterior al de las elecciones, cuando los aspirantes hacen públicas sus intenciones de postularse o registran su candidatura en la Comisión Federal Electoral (FEC, por sus siglas en inglés).
Según la Constitución de EE.UU., los requisitos para convertirse en candidato a la presidencia son siguientes:
- ser ciudadano de EE.UU. por nacimiento,
- haber cumplido los 35 años,
- haber vivido en el territorio nacional 14 años.
Elecciones primarias y caucus
Desde el verano anterior y hasta la primavera del año electoral, se celebran los debates de las elecciones primarias y las reuniones privadas de los partidos políticos, también conocidas como caucus. Luego, se realizan las primarias en los estados y las asambleas de partido.
En las elecciones primarias, que tienen lugar entre seis y nueve meses antes de las presidenciales, los votantes eligen a su candidato de forma anónima y secreta. Las primarias se rigen por los gobiernos estatales y locales, de manera que el estado toma en cuenta sus resultados para otorgar una determinada cantidad de delegados a los ganadores.
El caucus de nominación presidencial se organiza a nivel de condado o distrito electoral, y también con el fin de elegir al candidato del partido, solo que los asistentes lo hacen tras formar grupos según el aspirante al que apoyan, y tratan de que sus oponentes se unan a ellos. Como resultado, el número de votantes en cada grupo determina cuántos delegados ganó cada contendiente. Estos eventos tienen lugar en los meses previos a las elecciones presidenciales en varios estados.
¿Quiénes son los delegados?
Los delegados pueden ser miembros activos del partido, líderes y personas que apoyan al candidato del partido. Además, hay superdelegados (delegados no comprometidos). El número de los delegados en las elecciones primarias o caucus depende del estado y de las reglas del partido.
Al terminar las elecciones primarias y los caucus, se determina cuántos delegados ganó cada postulante y estos se dirigen a la convención nacional del partido, que se celebra entre julio y principios de septiembre del año electoral.
En las convenciones nacionales, los delegados comprometidos deben apoyar al candidato que se les asigna en las primarias o caucus, mientras los superdelegados pueden apoyar al candidato presidencial de su preferencia.
Convenciones nacionales
Así, los partidos políticos finalizan el proceso de selección de su candidato presidencial, que es el que ganó la mayoría de los delegados por votación durante las primarias estatales y caucus.
Si ninguno de los aspirantes logra la mayoría de los delegados, la convención nacional se considera ‘disputada’. Entonces, los delegados realizan una o más rondas de votación hasta que un postulante obtiene la mayoría.
El candidato del partido ratificado en la convención nacional anuncia quién será su compañero de fórmula para el cargo de vicepresidente.
Los nombres de los candidatos de los principales partidos políticos se incluyen en la boleta electoral de las elecciones generales. Los candidatos independientes o de formaciones más pequeñas también pueden participar si cumplen con los requisitos de cada estado.
Debates presidenciales
Una vez confirmados en la convención nacional, los candidatos siguen con su campaña electoral y participan en los debates: un acontecimiento a gran escala para ganar el apoyo de los votantes indecisos, argumentar sus líneas políticas ante todo el país, así como competir en elocuencia.
La importancia de los debates presidenciales quedó en evidencia este año, cuando el excandidato demócrata y actual presidente de EE.UU., Joe Biden, se enfrentó en un duelo verbal con su rival republicano, Donald Trump, y perdió el apoyo de demócratas clave. Así, después de ese cara a cara, se escucharon llamamientos para que se retirara de la carrera presidencial, lo que finalmente hizo, al respaldar la candidatura de su vicepresidenta, Kamala Harris.
Día de la votación
Los ciudadanos estadounidenses inscritos para votar acuden a las urnas para votar en las elecciones presidenciales generales el día designado. Sin embargo, el período se amplía para incluir otras categorías, como voto en ausencia, por correo y anticipado.
Con ello, los electores tienen derecho a:
- expresar su voto, aunque no hayan votado en las elecciones primarias de su estado;
- votar por cualquier candidato presidencial, sin relación con el partido que eligieron al registrarse para votar o al que apoyaron en votaciones anteriores.
¿Por qué el voto popular no decide las presidenciales?
El resultado final de las elecciones presidenciales en EE.UU. no depende directamente del sufragio ciudadano, ya que la fórmula ganadora se determina por el voto de los electores: parte de un proceso —no un lugar— llamado Colegio Electoral, que fue establecido en la Constitución de EE.UU. con el fin de “encontrar un punto medio entre el voto popular del ciudadano y la votación del Congreso”, explica el Gobierno.
El proceso del Colegio Electoral incluye:
- selección de los electores,
- reunión de los electores para votar por el presidente y vicepresidente,
- conteo de los votos de los electores por parte del Congreso de EE.UU.
Cada estado tiene tantos electores como miembros en la Cámara de Representantes y Senado: existen 538 electores en total, incluyendo los tres del distrito de Columbia (Washington D.C.). Se eligen por partido político, pero los requisitos de quién, cómo y cuándo participa como elector varían en cada estado.
¿Cómo se determina el ganador de las presidenciales?
Después de que los ciudadanos estadounidenses participan en la elección presidencial, su voto pasa al conteo estatal. Con ello, “en 48 estados y el distrito federal de Washington, el ganador consigue todos los votos electorales de ese estado. Maine y Nebraska asignan a sus electores con un sistema proporcional”, se detalla.
Al mismo tiempo, para ganar, el candidato debe obtener el voto de al menos 270 electores (más de la mitad). El triunfador de las presidenciales, generalmente, se proyecta cuando termina el conteo de los votos de los ciudadanos en la noche del mismo día de las elecciones.
No obstante, el resultado final se conoce a mediados de diciembre con los votos del Colegio Electoral, cuando los electores se reúnen en sus estados. Así, puede resultar que un candidato gana el voto popular, pero pierde la elección, o al revés.
“Es importante recordar que el presidente no se elige mediante el voto popular nacional”.
“El total de votos del Colegio Electoral determina al ganador, no la pluralidad estadística o la mayoría que un candidato pueda tener en el total de votos populares nacionales. Los votos por elector se otorgan en función d+el voto popular en cada estado”, explican desde el Gobierno de EE.UU.
En 2016, 2000 y un par de veces en el siglo XIX, se registraron situaciones en las que el candidato que obtuvo la mayor cantidad de votos a nivel nacional no ganó las elecciones presidenciales.
Así, en las elecciones presidenciales de 2000, George W. Bush recibió menos votos populares que Albert Gore Jr., pero obtuvo la mayoría de los votos de los electores, de modo que se convirtió en presidente. En las elecciones de 2016, el candidato republicano, Donald Trump, logró menos sufragios ciudadanos que su rival demócrata, Hillary Clinton, pero como alcanzó la mayoría entre los electores, ganó.
Si ninguno obtiene la mayoría de los sufragios de los electores, el ganador es elegido por la Cámara de Representantes entre los tres candidatos más votados por los propios electores. Luego, el Senado elige al vicepresidente de entre los dos candidatos a la vicepresidencia con más votos electorales.
Generalmente, a principios de enero del año siguiente al de las elecciones, el Congreso cuenta los votos de los electores, determina quién es el ganador y el 20 de enero el presidente electo se convierte en el nuevo mandatario de EE.UU., en el Día de la Inauguración Presidencial.