La posibilidad de que México brinde asilo político al hacker australiano Julian Assange, fundador del portal WikiLeaks, podría, a juicio de los expertos, dañar las relaciones con

Los especialistas comparan este caso, aunque con todas las proporciones guardadas, con el del líder bolchevique ruso León Trotsky, al que México acogió en enero de 1937 (asesinado un año después por un emisario del dictador soviético José Stalin), lo que afectó seriamente las relaciones con Moscú.

El ex embajador de México en Washington, Arturo Sarukhán, señaló que esta medida podría ser interpretada como un desafío al gobierno del presidente Joe Biden, que asume su cargo el próximo día 20.

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“El presidente parece estar decidido a escoger una pelea con los demócratas y la próxima administración Biden. Decir que buscará ofrecer asilo a Assange es una locura, una auténtica locura”, afirmó.

El experto además reprochó al gobierno mexicano su “doble moral” por dar la bienvenida a Assange mientras “ignora a los miles de potenciales refugiados centroamericanos”.

López Obrador sorprendió a todo el mundo cuando anunció ayer, de manera intempestiva, que pediría al canciller Marcelo Ebrard, gestionar el asilo político a Assange, luego de que el gobierno británico rechazó la solicitud de extradición formulada por Estados unidos.

AMLO dijo que Assange “merece una oportunidad” y aclaró que México “ofrece asilo con protección, pero también con la responsabilidad de que quien lo recibe no intervenga ni interfiera en asuntos políticos de ningún país”.

Sarukhán señaló que López Obrador pasó por alto que Assange, de 49 años, quien estuvo siete años recluido en la sede de la embajada de Ecuador en Londres, durante la campaña presidencial de Estados Unidos en 2016, “hackeó las computadoras de la campaña demócrata”.

Asimismo, es acusado de poner en peligro la vida de informantes de ese país con la publicación de los documentos sobre acciones militares estadounidenses en Irak y Afganistán, que revelaron torturas, muertes de civiles y otros abusos.

México defiende la larga tradición de México de dar asilo a figuras emblemáticas como el nicaraguense César Augusto Sandino, el cineasta español Luis Buñuel y Hortensia Bussi, viuda del presidente chileno Salvador Allende.

Especialistas también interpretan la actitud del mandatario como “una maniobra para desviar la atención de la crisis sanitaria del coronavirus”, pues México enfrenta el peor pico de la pandemia, luego que desde octubre los contagios se triplicaron.

El país latinoamericano, que destaca por ser líder mundial en muertes de personal sanitario, y segundo en la región por fatalidades en términos absolutos, contabiliza 1,4 millones de casos positivos y más de 127.000 muertes.

Brenda Estefan, analista que trabajó en la embajada mexicana en Washington, considera que “es difícil encontrar una respuesta” a la pregunta de qué gana México como país “con un movimiento como éste”.

“Me parece que es una decisión eminentemente ideológica, pero que puede tener un alto riesgo diplomático, particularmente en la relación México-Estados Unidos”, indicó.

Se trata de “una papa caliente” y traerlo a México “es una movida arriesgada que puede tener consecuencias negativas en la relación de México con los Estados Unidos”, estimó el analista Benjamín Hill. 

“Assange no tiene muchos aliados en las esferas del poder en Estados Unidos. Por un lado, los conservadores lo desprecian por filtrar información militar. Por el otro, los demócratas lo odian por haber sido instrumental para el triunfo de Donald Trump”, recordó.

A juicio de Hill, “Assange no debería ir a la cárcel, pero con independencia de eso, la oferta de asilo es por un lado incongruente y por el otro, inconveniente para los intereses de México”.

“Es incongruente también que México, el país más peligroso para ejercer el periodismo, invierta recursos políticos y económicos para recibir a un activista extranjero”, antes proteger a sus propios periodistas, indicó el experto. 

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