La organización WikiLeaks celebra una rueda de prensa tras la liberación de su fundador, Julian Assange, quien este miércoles ha quedado oficialmente en libertad tras llegar a un acuerdo de culpabilidad con el Departamento de Justicia de EE.UU. El periodista pasó 1.901 días en la prisión londinense de Belmarsh, de donde fue excarcelado el martes. 

El co-abogado estadounidense Barry Pollack, manifestó que la audiencia de este 26 de junio “puso fin a un proceso que nunca debería haberse iniciado”. Pollack aseveró que Assange “sacrificó su propia libertad” por la libertad de expresión y ahora “todos estamos agradecidos de que Julian esté de vuelta en casa”. 

Según dijo, “no tiene precedentes en Estados Unidos utilizar la ley de espionaje para procesar penalmente a un periodista o un editor”. “En los más de 100 años de historia de esta ley, nunca se ha utilizado de esta manera. Ciertamente tenemos la esperanza de que nunca más se utilice de esta manera”, agregó.

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“Nadie debería pasar un día en prisión por dar al público información importante y de interés periodístico, y en este caso, información de que el gobierno de Estados Unidos había cometido crímenes de guerra, que hubo más víctimas civiles de las que el gobierno de Estados Unidos había admitido en Irak y Afganistán”, expuso el abogado.

Pollack declaró que “definitivamente era de interés público tener esta información” y Assange la compartió abiertamente. “Ojalá este sea el final, no sólo del caso contra Julian Assange, sino también del caso contra el periodismo”, aseveró.

El propio Assange optó por no hablar con la prensa tras llegar a Canberra. “Hay que entender por lo que ha pasado, necesita tiempo”, dijo su esposa, Stella. “Necesita recuperarse, esto es un proceso”, agregó la mujer, solicitando a los medios de comunicación dar “espacio y privacidad” a su familia en estos momentos.

“Julian quería que yo les agradeciera sinceramente a todos. Él quería estar aquí”, aseguró Stella. Sin embargo, también señaló que actualmente su marido necesita que su “familia sea una familia antes de que él pueda volver a hablar en el momento que elija”.

Asimismo, la esposa del periodista manifestó que no puede describir con palabras el momento en el que vio a su marido. “Nos abrazamos, y creo que ya habéis visto las fotos. No quiero expresar con palabras lo que se desprende de la imagen”, dijo.

“Un lugar peligroso” para la libertad de la prensa

Por otro lado, Stella indicó que el procesamiento contra su marido es un ataque al periodismo de interés público. “Julian nunca debería haber pasado ni un solo día en prisión”, afirmó. De acuerdo con sus palabras, la libertad de prensa se encuentra en un “lugar peligroso”.

“El único resultado positivo para la prensa en general [habría sido] que el Gobierno de Estados Unidos hubiera abandonado este caso por completo. Ahora tienen a la prensa en una posición tan vulnerable como la que ha estado Julian”, dijo. “Este precedente ahora puede ser usado y será usado en el futuro contra el resto de la prensa. Por lo tanto, a toda la prensa le interesa buscar que esta situación actual cambie mediante la reforma de la Ley de Espionaje”, agregó.

La liberación

El periodista compareció ante un tribunal en Saipán, en las Islas Marianas del Norte (un territorio no incorporado de EE.UU.) y se declaró culpable de un solo cargo de conspiración para obtener y difundir información de defensa nacional. El fundador de WikiLeaks aseveró que nadie trató de sobornarlo, intimidarlo o coaccionarlo para que admitiera su culpabilidad.

Anunciando su veredicto, la jueza Ramona V. Manglona declaró que sentencia a Assange a la misma cantidad de años que ya ha pasado en la cárcel hasta ahora, sin el período de libertad vigilada. “Con este pronunciamiento parece que podrá salir de esta sala de tribunal como un hombre libre. Espero que se restablezca la paz”, dijo.

El espinoso camino hacia la libertad

Assange fue recluido en la cárcel londinense de Belmarsh en 2019, luego de que el entonces presidente de Ecuador, Lenín Moreno, permitiera su arresto en la Embajada ecuatoriana en Londres, donde el periodista australiano había permanecido en condición de asilado durante siete años, desde junio de 2012.

En junio de 2022, el Reino Unido aprobó la extradición de Assange a EE.UU. En mayo el Tribunal Supremo británico determinó que Assange tenía derecho a apelar su extradición a EE.UU.

Si hubiese sido extraditado a EE.UU., Assange se habría enfrenado a 175 años de prisión por la publicación de cientos de miles de páginas de documentos militares secretos y de cables diplomáticos confidenciales sobre las actividades de Washington en las guerras de Irak y Afganistán.

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