Kiev denuncia que las tropas del Kremlin bombardean cada vez más emplazamientos civiles, una lectura coincidente con un reporte de la inteligencia británica, que explica que Moscú busca minar la moral de los ucranianos con esa estrategia, mientras el enviado del papa Francisco no duda en aseverar que los invasores “dispara a todo lo que se mueve”.

Cuatro médicos murieron y dos pacientes resultaron heridos durante un bombardeo ruso en el pueblo de Strelecha, en la región de Jarkov, en el este de Ucrania, mientras se realizaba una evacuación de pacientes de un hospital psiquiátrico alcanzado por un misil.

Así lo informó este domingo Oleg Sinegubov, jefe de la administración estatal regional, según informes de Ukrainska Pravda.

Anuncios

“Los trabajadores de la salud, aún bajo los bombardeos, arriesgando sus vidas, intentaron salvar a los enfermos. Se logró evacuar a 30 pacientes, en total hay más de 600 en el instituto. Durante la evacuación, los rusos iniciaron un bombardeo masivo”, completó el informante.

Rusia incrementó los ataques contra objetivos civiles tras las derrotas por la contraofensiva ucraniana, afirmó el último informe de inteligencia del ministerio de Defensa británico.

De acuerdo con el reporte, Rusia ha reaccionado a los reveses militares de la última semana y a la recuperación de territorio plasmado por Kiev, aumentando los ataques con misiles contra infraestructuras civiles, “incluso si no tienen impacto militar”.

En una publicación en Twitter, la inteligencia británica afirmó que la medida tiene como objetivo “destruir la moral del pueblo ucraniano”.

En el pueblo fronterizo de Strelechie, en la región de Jarkov, los rusos han disparado contra un automóvil civil desde un tanque, matando a dos mujeres, indicó el jefe de la región, Oleg Sinegubov, en Telegram, según informan los medios de prensa ucranianos.

Según Sinegubov, en las últimas 24 horas el enemigo ha bombardearon masivamente los distritos de Jarkov y Chuguev y también se registraron bombardeos en los distritos de Kupyansky e Izyumsky.

También se informó que son ocho los civiles muertos y 33 los heridos de las incursiones rusas llevadas a cabo ayer en toda Ucrania. Lo informó en Telegram, Kyrylo Tymoshenko, de la oficina presidencial.

En particular, explicó, cinco víctimas y 18 heridos se registraron en la región de Donetsk, tres muertos y 11 heridos en el oblast de Jarkov, dos heridos en Dnipropetrovsk y uno en Zaporiyia y otro en Mykolaiv.

Asimismo, el enviado del Papa en Ucrania, el cardenal Konrad Krajewski -quien quedó peligrosamente en medio de un tiroteol sábado- debía desplazarse hoy de Zaporiyia a Jarkov, una de las ciudades más afectadas por la guerra. “Me voy y sigo en la ciudad más destruida, Jarkov”, informó el prelado en un mensaje a la agencia de los obispos.

En un testimonio de audio a los medios de prensa del Vaticano, el obispo polaco contó los peligros que corrió ayer mientras transportaba ayuda en la primera línea. “Siempre hay rusos, pero también gente que quedó allí y, que por diversas razones, no se fue. Había alrededor de 4 mil personas. Fuimos a ellos, sabían donde nos reuniríamos. Llegamos allí con grandes problemas. Es difícil entrar en la zona de guerra porque allí no hay leyes, ningún código. Los rusos disparan a todo lo que se mueve”, enfatizó.

“Hemos sido advertidos e instruidos para simplemente dejar la comida y huir rápidamente, también para no poner en peligro a estas personas, porque dondequiera que se reúna la gente, los rusos están disparando de inmediato, y desafortunadamente sucedió que los cohetes cayeron repentinamente en un punto entre esos bloques”, contó Krajewski.

“Fue bueno que había un soldado allí y nos dijo por dónde correr, porque era mi primera vez y no sabía en qué dirección escapar. Esa ayuda fue clave”, amplió.

A pesar de la difícil situación “repartimos el rosario del Santo Padre a todos, incluso a los soldados”. “No importa cuál sea su religión. La cruz es lo más importante para ellos.

Inmediatamente se pusieron estos rosarios del Papa alrededor del cuello. Hemos estado orando por un tiempo hasta que el soldado que estaba con nosotros nos lo permitió. Yo di mi bendición con todos los obispos presentes y partimos, tan pronto como fue posible para no ser rastreado. Ni bien se juntan unas pocas personas, (los rusos, NDR) disparan inmediatamente”, amplió Krajewski, que cumple el rol de limosnero en la Santa Sede.

Publicidad