Facebook está abriendo un cuarto de guerra para responder a las amenazas electorales. Twitter está bloqueando los anuncios políticos. Google planea actuar contra videos falsos en YouTube.

Las plataformas de redes sociales aseguran que están organizando una fuerte campaña contra la desinformación en el periodo previo a las elecciones generales del próximo mes en gran Bretaña.

Sin embargo, los expertos en desinformación digital creen que los votantes británicos siguen siendo igual de vulnerables al mismo tipo de anuncios engañosos y falsos que jugaron un papel vital en el referéndum del Brexit de hace tres años.

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A esto se suma la inacción del Gobierno hacia la desinformación digital, así como las regulaciones de publicidad en línea.

El Primer Ministro Boris Johnson presionó para adelantar las elecciones y logró conseguirlas para el 12 de diciembre. En ellas los británicos elegirán a sus representantes en el Parlamento, y Johnson tiene la esperanza de que su Partido Conservador obtenga suficientes escaños para romper el punto muerto en su plan para sacar a Gran Bretaña de la Unión Europea.

Las campañas apenas iniciaron, pero las falsedades ya abundan en la web.

Un video publicado esta semana en Twitter y Facebook por el Partido Conservador contiene una edición engañosa de una entrevista televisiva con una figura importante del Partido Laborista.

El video había sido alterado para mostrar que el oficial no respondía una pregunta sobre Brexit, cuando, de hecho, respondió rápidamente.

El presidente del Partido Conservador calificó el material como una sátira alegre, pero es parte de un grave problema que enfrentan los electores, según Will Moy, director ejecutivo de Full Fact, una organización independiente de verificación de hechos con sede en Londres.

«El mayor riesgo para la gente en el Reino Unido es que les mientan sus propios políticos», apuntó Moy.

Explicó que las leyes escritas hace décadas para reglamentar la publicidad impresa, en radio y en televisión no pueden ser aplicadas al alcance y velocidad de Internet.

El debate público alrededor del brexit en 2016 se condujo en gran parte por hechos falsos. Estos incluían promesas de que Gran Bretaña podría recuperar 350 millones de libras por semana si dejaban la UE, lo que aproximadamente la mitad de los británicos dieron por cierto.

Aunado a ello, la amenaza crece junto con la influencia de las redes sociales y el propio aumento de anuncios políticos en línea.

El gasto de las campañas en publicidad digital ha aumentado del 0.3 por ciento en 2011 al 42.8 por ciento en 2017, según la Comisión Electoral del Reino Unido.

Tanto el referéndum del brexit, como la elección presidencial estadounidense del 2016, alertaron además sobre la posible interferencia extranjera en los procesos.

Un estudio de 2017 realizado por la Universidad de California Berkeley y la Universidad de Swansea en Gales encontró más de 150 mil cuentas de Twitter con vínculos con el Kremlin que difundieron mensajes tanto de apoyo como críticos del Brexit. Rusia ha negado repetidamente la intromisión en las elecciones.

En tanto, los legisladores de Gran Bretaña no han logrado regulaciones significativas para combatir la desinformación en línea.

Es por eso que queda en las manos de las firmas como Facebook, Twitter y Google. Las compañías deciden cómo actuar frente a estas amenazas.

La elección en Gran Bretaña será una de las primeras desde el comienzo de la nueva política de Twitter que prohíbe los anuncios políticos pagados, que entrará en vigor el 22 de noviembre.

Esta semana, un grupo de 10 investigadores, defensores de la transparencia y organizaciones tecnológicas sociales pidieron a Facebook y Google, que opera YouTube, que sigan el ejemplo de Twitter.

A pesar de las críticas, en Facebook insisten en que entienden lo que está en juego y toman en serio la amenaza de la desinformación.

El año pasado, la compañía comenzó a exigir a los anuncios políticos que explicaran quién lo pagó.

Tras una investigación de 18 meses, un comité parlamentario urgió al Gobierno que aprobara nuevas leyes para acotar las campañas electorales en línea, insistiendo que la democracia estaba en peligro.

La Comisión Electoral realizó sus propias propuestas, incluyendo especificaciones en anuncios políticos para identificar al patrocinador e incrementar multar para quien viole las reglas de campaña.

Ninguna de las recomendaciones ha sido aprobada.

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