El presidente de la Concanaco-Servytur, José Manuel López Campos, advirtió que someter a una consulta popular la realización del nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) pondría en riesgo la principal obra del país.
Sobre el reciente anuncio del presidente electo Andrés Manuel López Obrador en el sentido de que esa obra se someterá a consulta popular vinculatoria en octubre, señaló que solo los especialistas en aeronáutica y áreas afines son quienes pueden externar una opinión calificada en el tema.
Reconoció la intención y el interés democrático de López Obrador de colocar en el debate público la construcción de la nueva terminal aérea, pero insistió que la mayor parte de los ciudadanos no tienen los conocimientos requeridos para indicar si esa obra es viable o no.
En un comunicado, el dirigente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur) también consideró importante proseguir con la construcción bajo estrictos controles de transparencia para despejar cualquier duda acerca de su ejecución.
También planteó que utilizar recursos del proceso de transición para la realización de una consulta popular vinculatoria desviaría dinero que debe ser empleado en otras áreas.
“Creemos que es una obra que debe continuar, porque estamos convencidos de que es necesaria, no solamente por la conectividad de pasajeros propiamente, sino también para la carga y el turismo. Con inversión público-privada se puede resolver el tema de los flujos de recursos para la obra”, consideró.
José Manuel López enfatizó que una combinación de la inversión pública y privada es la fórmula ideal para no afectar al erario, por lo cual debe ser mantenido este esquema como el más adecuado para su realización.
El líder empresarial refirió que organizaciones reconocidas internacionalmente en el tema de aviación, como MITRE Corporation y la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), avalaron la ubicación del nuevo aeropuerto, después de realizar estudios a fondo.
Agregó que el aeropuerto operará en una superficie de cinco mil hectáreas en terrenos del exvaso de Texcoco y permitirá la transportación de 125 millones de pasajeros anuales en un millón de vuelos, con lo que se convierte en la segunda terminal aérea más grande en construcción en el mundo.