El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se manifestó hoy “profundamente decepcionado” por la decisión de su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, de abandonar un convenio del Consejo de Europa contra la violencia machista, lo cual desató una ola de protestas, con miles de mujeres tomando las calles en diferentes ciudades del país.

“Es un retroceso tremendamente desalentador para el movimiento internacional que busca poner fin a la violencia contra las mujeres”, lamentó Biden.

La Casa Blanca juzga esta elección “repentina e injustificada”, mientras que “en el mundo asistimos a un aumento de los casos de violencia doméstica, incluidas noticias sobre el aumento del feminicidio en Turquía, la primera nación en firmar la Convención”.

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El Convenio de Estambul, rubricado en 2011, obliga a los gobiernos a adoptar una legislación que castigue la violencia doméstica y los abusos similares, incluidas la violación conyugal y la mutilación genital femenina.

Las críticas se suman a las que ya llovieron esta semana por la solicitud de poner al destierro al principal partido pro kurdo, el HDP, y a 687 de sus líderes.

La tensión entre Ankara y Washington vuelve a aumentar.

Desde la toma de posesión de Biden, los dos líderes aún no han tenido contacto directo. Y a pocos días del Consejo Europeo, la UE también está enviando un mensaje con el Alto Representante Josep Borell: “No podemos no dejar de lamentar profundamente y expresar malentendidos sobre la decisión del gobierno turco”. Pero las condenas internacionales no detienen a Erdogan, que en las últimas horas también relanzó el frente militar contra los kurdos, precisamente durante las celebraciones de Newroz, su Año Nuevo.

Intensos enfrentamientos entre las milicias locales pro-Ankara y la coalición de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) se registran en la región de Ain Issa, en el norte de Siria.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Ankara ha realizado ataques aéreos en la zona por primera vez desde el final de la operación “Fuente de la Paz”, hace casi año y medio, con la que había arrebatado una franja del territorio de la frontera kurda de unos 120 km de largo.

La defensa turca, sin embargo, no confirmó los bombardeos de los jets, admitiendo solo una represalia de artillería.

En estado de alerta también está la economía de Ankara. Los temores se refieren a la reapertura de los mercados, luego de otra reversión del banco central.

El nuevo gobernador, Sahap Kavcioglu, defensor de la lucha radical contra las tasas de interés tan apreciados por Erdogan, reunió hoy de urgencia a los número uno de las entidades crediticias para asegurarles que Turquía “seguirá utilizando todas sus herramientas de política monetaria con eficacia para alcanzar su objetivo: una disminución duradera de la inflación”, actualmente en el 15,6%.

Una promesa ahora sometida a la prueba de confianza de los inversores.

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