Cuba abrirá sus fronteras al turismo y flexibilizará el próximo mes los requisitos de entrada al país después de vacunar con sus propias inyecciones a la mayoría de la población, con lo que busca ganar cuota de mercado entre los destinos del Caribe.
A partir del 15 de noviembre, la isla requerirá que los visitantes muestren un certificado de vacunación o una prueba reciente de PCR para ingresar al país, reemplazando protocolos sanitarios anteriores que exigían un periodo de cuarentena y exámenes negativos de PCR.
Las restricciones, más una gran reducción en los vuelos y una prohibición estadunidense de la mayoría de los viajes a ese país bajo el mandato del ex presidente Donald Trump, han frenado el turismo y dejan a la isla rezagada frente a rivales como República Dominicana, Puerto Rico, Las Bahamas y la ciudad mexicana de Cancún.
Pero una población completamente vacunada será un argumento de venta clave para un país que ya goza de buena reputación por su seguridad, sus playas de arena fina y aguas color turquesa.
“Cuba será uno de los destinos más seguros desde el punto de vista higiénico sanitario del entorno (…), podemos llegar a unas cifras similares a las del año 2019 a fines del próximo año”, dijo a Reuters Francisco Camps, subdirector general y representante de Meliá Cuba, a cargo 32 hoteles de la empresa española en la isla caribeña.
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El gobierno cubano afirma que el ritmo vertiginoso de vacunación está dando dividendos, con casos y muertes por Covid-19 que han caído al menos 80 por ciento desde un pico a mediados del verano. Más de 90 por ciento de la población ha recibido al menos una de las tres dosis de las vacunas de la isla.
La pandemia obligó a cerrar escuelas, sitios de entretenimiento y restaurantes, recortando casi a cero la industria del turismo, los viajes de locales al exterior y las visitas de cubanos fuera del país.
Cuba recibió más de cuatro millones de turistas en 2019 que contribuyeron con 10.6 por ciento al producto interno bruto (PIB), y más a través de las cadenas de suministro y la actividad económica informal. Este año solo han llegado 200 mil visitantes y se esperan otros 100 mil, según Juan Carlos García Granda, Ministro de Turismo.
Ricardo Torres, un economista cubano, sostuvo que esas cifras significaron una caída “devastadora” de 92 por ciento en el turismo este año, en comparación con 2019.
El balneario de Varadero, famoso por su larga franja de arena blanca, está ya parcialmente abierto, incluso para el mercado nacional, donde se considera el destino favorito, mientras se anima la vida en el distrito colonial de La Habana Vieja que se prepara para recibir visitantes luego de 19 meses.