Madeleine Westerhout, asistente personal del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, renunció a su cargo, tras compartir detalles íntimos de la familia del Mandatario.

Dos semanas atrás, en una cena extraoficial con reporteros durante las vacaciones de trabajo del Presidente en Bedminster, Westerhout compartió detalles personales sobre Trump y su familia.

Contó sobre los hábitos alimenticios del Presidente, sobre su hijo menor y habló sobre lo que pensaba el Mandatario del peso y apariencia de su hija Tiffany, según funcionarios del Gobierno.

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Sin embargo, la información tardó más de una semana en llegar a los oídos de Donald Trump, quien tuvo que ser persuadido durante todo el día del jueves pasado de que Westerhout, que estaba de vacaciones en California, debía renunciar, cosa que hizo esa noche.

Trump dijo que Westerhout había estado bebiendo cuando dijo cosas sobre sus hijos a los periodistas.

Elogió el trabajo de la asistente.

«Pero, de cualquier manera, no dices cosas como las que ella dijo», agregó el Mandatario.

Las principales funciones de Westerhout eran contestar el teléfono y proporcionar ayuda administrativa al Presidente.

Pero su papel se adaptó a las excentricidades particulares de Trump.

Cada vez que realizaba un evento en la Casa Blanca, le correspondía a Westerhout asegurarse de que todo saliera bien, según un funcionario de la Casa Blanca.

Si el evento no tenía mucha concurrencia, Westerhout se aseguraba de encontrar miembros del personal o becarios y enviarlos para evitar la ira de Trump por la asistencia mediocre.

Westerhout se convirtió en una experta en leer sus estados de ánimo y traducirlos para otros asesores, según funcionarios.

También se volvió buena para monitorear con quién estaba hablando y, en algunos casos, alertar a otros funcionarios de la Casa Blanca si alguien había llamado para tratar de irritar al Presidente, como se sabe que hacen algunos de sus asesores externos.

Donald Trump aseguró que ya ha perdonado a su ahora ex asistente, pues ella le ofreció una disculpa por haber roto el compromiso de confidencialidad.

«Madeleine Westerhout tiene un acuerdo de confidencialidad aplicable completamente, es muy buena persona y no creo que haya motivo para usarlo. Ella me llamó ayer para disculparse, tuvo una mala noche. ¡Lo entiendo completamente y la perdono! Adoro a Tiffany, (está) genial», tuiteó.

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