El Reino Unido vive hoy su primer día de normalidad, luego de la despedida de casi dos semanas de la reina Isabel, que culminó ayer con el solemne funeral y entierro de Estado en el Castillo de Windsor.

La reapertura general sigue marcada por manifestaciones de homenaje en algunos lugares públicos y en la calle. Pero la normalidad en su mayoría ha vuelto a prevalecer.

Mientras analistas se preguntan por el futuro del reinado de Carlos III, que ayer se mostró tanto conmovido como turbado o absorto, la gente corriente se ve ante un escenario de crisis, inflación, facturas elevadas que pesan sobre el futuro próximo de la isla como efecto de la guerra en Ucrania.

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Los periódicos, sin embargo, son compactos, y hoy dedican sus portadas a evocar a la soberana y a su despedida.

The Telegraph rememora “la ola de amor”, expresada por amplios sectores de la población al margen del “esplendor y solemnidad” de las ceremonias de despedida de ayer ante los poderosos de la Tierra.

The Times se hace eco de ello, describiendo a la organización como “impecable”. E incluso el progresista Guardian se inclina “en el adiós final” de la reina, un adiós que marca “el fin de la era isabelina”.

Incluso la edición británica del por lo general sobrio Financial Times está dominada por los funerales reales y con un elogio del “raro espíritu de servicio” de Isabel II, se hizo eco del sermón de una de las últimas liturgias.

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