El papa Francisco condenó este viernes, durante su visita a Bahrein, los conflictos por los que nos encontramos “en el borde de un equilibrio frágil”. 

En un discurso con motivo de la clausura del ‘Foro de Baréin para el Diálogo: Oriente y Occidente por la convivencia humana’, el sumo pontífice calificó de paradójico que en tiempos en los que la humanidad está unida ante los mismos retos, “algunos poderosos” impongan sus propias visiones imperialistas y nacionalistas. Esos poderosos, en su opinión, no prestan suficiente atención a los problemas de los pobres, los niños por nacer, ancianos, enfermos y migrantes.

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En particular, criticó el “escenario dramáticamente infantil” que estamos presenciando, cuando “se juega con fuego, misiles y bombas […] llenando la casa común de cenizas y odio”. Además, hizo un llamamiento a la unidad y afirmó que, en un mundo globalizado, “si navegamos solos, vamos a la deriva”.

El papa llamó a poner fin al conflicto en Ucrania y entablar “serias negociaciones de paz”. “El hombre religioso, el hombre de paz, se opone también a la carrera armamentística. […] Sigue una sola senda, la de la fraternidad, el diálogo y la paz”, afirmó.

“Deseamos que las disputas entre Oriente y Occidente se resuelvan por el bien de todos”, subrayó el pontífice. Además, resaltó que este conflicto no debe desviar la atención hacia la creciente brecha entre el Norte y el Sur del mundo, ni ante problemas como la desigualdad, el hambre o el cambio climático.

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