El papa Francisco pidió hoy que se preste “atención” al “problema muy grave” de la pornografía infantil y a sus “víctimas sofisticadas de esta sociedad de consumo”, al recibir a una delegación del Centro de Investigación y Formación para la Protección de los Menores (CEPROME) de Latinoamérica.

En su discurso en la audiencia, el pontífice se refirió a “un problema que es muy grave en esto de los abusos, las filmaciones de pornografía infantil, que lamentablemente pagando una cuotita ya lo pueden tener en el teléfono”.

“¿Dónde se hace esta pornografía infantil? ¿En qué país se hace? Nadie lo sabe. Pero es la criminalidad puesta al servicio de cada uno a través de sus telefonitos. Por favor, hablemos de esto también. Porque esos niños que son filmados, son víctimas, víctimas sofisticadas de esta sociedad de consumo”, aseguró.

Y pidió a los integrantes de la delegación: “No se olviden de este punto que a mí me preocupa mucho”.

El papa, que agradeció a los participantes el hecho de “haberse reunido en Roma desde tan variados puntos de Latinoamérica”, recordó su labor al “tratar de trabajar y aplicar métodos cada vez más adecuados para erradicar la lacra de los abusos, tanto en la Iglesia como en el mundo”.

“No debemos olvidar esto: los abusos que han golpeado a la Iglesia no son más que un pálido reflejo de una triste realidad que abarca a toda la humanidad, y sobre la que no se presta la necesaria atención”, al subrayar que aunque alguno pueda decir que no son tantos: “Si fuera uno solo, ya sería escandaloso”.

En ese sentido, destacó: “Creo poder decir que la Iglesia avanzó bastante en este camino, y no lo dejará de hacer, y eso gracias a pastores profetas”.

Y entonces destacó la labor de “un cardenal, que fue capaz de agarrar una ‘papa caliente’ como era Boston en aquel momento, y adelante, sin cuidar el dinero, más bien a la gente y a los chicos heridos”, antes de añadir: “Por eso le quiero agradecer públicamente, Eminencia, esto que usted ha hecho”.

“Es necesario también que esto sea un trabajo significativo para la sociedad, de modo que los pasos y las conquistas de la Iglesia en este camino puedan ser un acicate para que otras instituciones promuevan esta cultura del cuidado”, agregó.

Y antes de concluir pidió a los mimebros de la CEPROME que su esfuerzo “no se quede en la mera aplicación de protocolos, sino que los confiemos a Jesús en la oración. Con humildad y verdad, sepamos reconocernos entre esos “pequeños”. Y puestos ante el Redentor, contemplemos también en ese rostro ultrajado el sufrimiento que hemos recibido y causado, para no sentirnos distantes de las personas que acogemos, sino hermanos, también en el dolor”. 

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