Los dos principales asesores del ex primer ministro británico Boris Johnson revelaron su caótica e incompetente gestión de la pandemia de coronavirus, al declarar ante una investigación oficial en la que se ha revelado que abogó por dejar morir a los ancianos.

Dominic Cummings, el consejero más cercano del exlíder conservador hasta su cese en noviembre de 2020, afirmó ante la exjueza Heather Hallett que el Gobierno “carecía de un plan” para proteger a las personas vulnerables cuando se declaró la crisis sanitaria.

Aseguró además que, hasta que se decretó el primer confinamiento el 23 de marzo de 2020, el Ministerio de Sanidad, el Ministerio del Gabinete -que enlaza al Ejecutivo con los ministerios- y el grupo de asesores científicos (Sage) apostaban por combatir el virus con la “inmunidad de rebaño”: dejar que progresara hasta que buena parte de la sociedad estuviera inmunizada.

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Conocido por no escatimar tacos e insultos al expresarse, Cummings mantuvo que Johnson era conocido en Downing Street como “el carro” (de la compra), por su forma de dar bandazos en la toma de decisiones.

También dijo que cuando él entró en el Gobierno en 2019 -tras haber dirigido su campaña por el Brexit en 2016-, la Oficina del Gabinete, que después debió coordinar la gestión de la pandemia, era “un contenedor en llamas”, con “la gente equivocada en el puesto incorrecto”.

Preguntado por el abogado Hugo Keith sobre sus descripciones peyorativas de ministros contenidas en mensajes de WhatsApp a Johnson u otros colegas, Cummings respondió que, si bien el lenguaje soez era suyo, la opinión sobre esos políticos, entre ellos el responsable de Sanidad, Matt Hancock, “era compartida”.

“Si acaso, me quedé corto, como se comprobó con los hechos de 2020″, manifestó.

Previamente testificó Lee Cain, exdirector de comunicación de Johnson que dimitió en diciembre de 2020 por desacuerdos internos, quien dijo que el entonces jefe del Ejecutivo no estaba capacitado para lidiar con la epidemia.

Cain adujo que se trató de “la crisis equivocada” para “las capacidades” del entonces primer ministro, que gobernó desde julio de 2019 hasta su dimisión en septiembre de 2022 tras el escándalo por las fiestas en Downing Street durante los confinamientos.

Quien fuera su director de comunicación dijo que trabajar para Johnson era “agotador”.

“Creo que cualquiera que haya trabajado con el primer ministro durante un tiempo se sentirá agotado. Puede ser un desafío trabajar con él, porque oscila, adopta la decisión de la última persona que entra en la sala”, manifestó.

Interrogado por el abogado Andrew O’Connor, Cain reconoció que la indecisión de Johnson fue “un problema” a la hora de abordar la pandemia y admitió que bajo su mandato “faltaba liderazgo” y reinaba “el caos”.

Los testigos de la sesión de hoy declararon además que Johnson era muy dependiente de la opinión de la prensa conservadora, sobre todo del “Daily Telegraph” -referencia en su partido-, a la hora de aprobar iniciativas.

Unos apuntes del entonces asesor científico Patrick Vallance entregados al panel han revelado que el antiguo líder conservador pensaba que los ancianos debían sacrificarse para proteger a los más jóvenes.

Vallance escribió en uno de sus cuadernos en agosto de 2020 que Johnson estaba “obsesionado con que las personas mayores acepten su destino y dejen que los jóvenes sigan con su vida y que siga (funcionando) la economía”.

En otra entrada en diciembre de 2020, el asesor anota: “Le dicen al primer ministro que ha actuado rápido y que el público está con él (pero su partido no). Él contesta que su partido ‘piensa que todo esto es patético y que la covid es simplemente la forma que tiene la naturaleza de lidiar con las personas mayores, y no estoy del todo seguro de que no esté de acuerdo con ellos. Mucha gente moderada piensa que esto es demasiado (los confinamientos)’”.

Hallett abrió el pasado 3 de octubre la segunda de cuatro partes de la investigación oficial sobre la pandemia, ordenada por el Ejecutivo y que en esta etapa analiza las decisiones de las autoridades entre enero de 2020 y el levantamiento de las restricciones en febrero de 2022.

La pesquisa sobre la gestión de una crisis que causó más de 226.000 muertes en el Reino Unido no tiene la misión de hallar culpables, sino que emitirá recomendaciones para mejorar el sistema, aunque el Gobierno no está obligado a adoptarlas.

EFE

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