Felipe VI apeló en la XXVIII cumbre iberoamericana a la unidad de las naciones que la conforman para hacer oír su voz en defensa de la democracia, el Estado de Derecho, los derechos humanos, las libertades fundamentales, la justicia social y el multilateralismo.
El rey, en su intervención ante el resto de los líderes iberoamericanos y acompañado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, subrayó que el acervo de la región debe conservarse para seguir construyendo juntos tanto ahora como en el futuro.
“En un mundo tan convulso como el de hoy, todas las naciones de nuestra comunidad iberoamericana deben mantenerse unidas y hacer oír su voz en la defensa de principios y valores universales”, dijo el jefe del Estado.
Principios que detalló como el de la democracia, los derechos humanos y las libertades fundamentales.
A su juicio, si entre todos los miembros de la comunidad iberoamericana se sigue dando solidez y continuidad al proyecto común introduciendo las claves de innovación necesarias, “el siglo XXI -aseguró- será el de nuestro mayor despegue”.
Así, aventura la existencia de “un gran espacio de desarrollo pacífico, de crecimiento, cohesión y bienestar, de unos países plenamente democráticos en los que impere, con todo su esplendor y garantías, el Estado de Derecho”.
El rey agradeció la organización de la cumbre al presidente dominicano, Luis Abinader, y destacó que sea la primera vez que vuelven a reunirse presencialmente todos los líderes desde 2018 debido a la pandemia de coronavirus.
Recordó que en 2021 se cumplieron 30 años de la primera cumbre iberoamericana, celebrada en la localidad mexicana de Guadalajara, y consideró que tanto por su continuidad como por su regularidad e intensa actividad, estas reuniones ha sido “una iniciativa de éxito”.
Unas reuniones que han ido aprobando decisiones relevantes como las que estima que serán las que ven la luz en esta cita de Santo Domingo: la Carta Medioambiental, la Carta Iberoamericana de los Principios y Derechos en loe Entornos Digitales, y la denominada ruta crítica para alcanzar la seguridad alimentaria.
En definitiva, cree que se ha creado una “comunidad de acción” que también lo es de solidaridad, respeto y afectos en la que la diversidad de los países que la integran es igualmente un valor.
“Lo iberoamericano ha tomado vida propia”, afirmó Felipe VI quien resaltó que aunar esfuerzos para vislumbrar y ayudar a moldear en conjunto el papel de la comunidad, su responsabilidad y sus oportunidades, es una operación de enorme calado que trasciende coyunturas y generaciones.
El rey agradeció a Ecuador y a su presidente, Guillermo Lasso, su compromiso para organizar dentro de dos años la próxima cumbre iberoamericana, una cita que dijo que permitirá “seguir fortaleciendo nuestra comunidad e imaginar nuestro mejor mañana”.
Además, se refirió a la importancia del IX Congreso Internacional de la Lengua Española que se celebrará la próxima semana en Cádiz y recordó que 850 millones de personas hablan portugués y español y eso es también un patrimonio iberoamericano.