El rey de España, Felipe VI, designó al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, como candidato a la investidura para revalidar su cargo, según ha comunicado este martes la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol.
El rey Felipe VI “me ha comunicado su decisión de proponer al señor Pedro Sánchez como candidato a presidente del Gobierno”, informó Armengol.
La noticia se ha conocido una vez concluida la nueva ronda de contactos que el monarca realizó con los portavoces de los partidos políticos con representación en la Cámara Baja, y tras el fracaso del intento del líder conservador, Alberto Núñez Feijóo.
Poco después, Sánchez compareció en rueda de prensa en el Palacio de la Moncloa para anunciar que acepta el encargo y que desde este miércoles empezará a reunirse con el resto de fuerzas políticas, excepto con el ultraderechista Vox, empezando con la actual vicepresidenta y líder de Sumar, Yolanda Díaz.
“Trabajar para reeditar el gobierno de coalición”
“Quiero decirles que lo hago con ilusión. Con la ilusión de saber todo lo que España puede avanzar en estos cuatro años con un Gobierno progresista”, declaró.
“Me dispongo a trabajar cuanto antes para reeditar un gobierno de coalición con Sumar (…). Nos proponemos hacer lo que hemos estado haciendo los últimos cuatro años”, agregó.
El lunes, el monarca se reunió con voceros de Unión del Pueblo Navarro (UPN), Coalición Canaria (CC), Partido Nacionalista Vasco (PNV), Sumar y Vox. Este martes fue el turno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Partido Popular (PP).
Por su parte, las formaciones nacionalistas Bloque Nacionalista Galego (BNG), EH Bildu, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts per Catalunya se rehusaron a reunirse con el jefe del Estado, al igual que en la anterior ocasión.
Investidura sin fecha
Todavía no se conoce cuál será la fecha fijada por Armengol para la celebración de la nueva sesión de investidura, aunque se espera que se desvele en los próximos días.
“A mí me gustaría que fuera cuanto antes”, afirmó Sánchez, quien dijo ser consciente de que serán negociaciones “complejas” y no puede “garantizar una fecha”.
Como tope, la Constitución marca el 24 de noviembre, ya que debe dar tiempo a realizar las dos votaciones en el Congreso, si fueran necesarias. En el caso de que ninguna investidura sea exitosa, el 27 de noviembre se disolverán las Cortes y se convocarán a nuevas elecciones.
Es poco probable que se apuren esos plazos, sin embargo, sí se espera que la presidenta del Hemiciclo conceda a Sánchez varias semanas para que lleve a cabo las conversaciones con el resto de las fuerzas políticas para recabar apoyos, al igual que sucedió con el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que contó con cinco semanas para preparar su investidura.
Negociaciones en el aire
El partido de Pedro Sánchez lleva manteniendo contactos con la mayoría de las fuerzas parlamentarias desde hace semanas, pero parece que todavía no tiene atados los apoyos necesarios de cara a la investidura.
El presidente en funciones necesita el respaldo de las dos fuerzas independentistas catalanas, ERC y Junts. Ambos partidos han puesto como condiciones para votar a su favor la promulgación de una ley de amnistía para los procesados por la consulta de autodeterminación ilegal, celebrada en Cataluña en 2017, e implementar las condiciones para que se pueda llevar a cabo un referéndum de ese tipo.
“Es la hora de la política y de la generosidad”
Sánchez volvió a dejar claro que descarta un referéndum. En cuanto a la amnistía, una palabra que ni ha pronunciado, Sánchez dijo que “fijará posición” una vez que se haya reunido con los partidos y que no se puede gobernar España “sin entender su pluralidad política y su diversidad territorial”.
“Es la hora de la política, que no ha hecho el PP; del compromiso con el país; de la generosidad, para que podamos encontrar la forma entre todos de articular un Gobierno, no para una investidura, sino para una legislatura. Es la hora del liderazgo”, ha añadido Sánchez.
Si finalmente los socialistas no aceptan esas condiciones y los partidos catalanes no rebajan sus exigencias, la nueva investidura resultará también fallida y el país volverá a votar el próximo 14 de enero.