El aspecto físico de Kim Jung-un durante su primera aparición pública después de casi un mes, que tuvo lugar el sábado pasado, motivó a varios expertos y servicios de inteligencia a sospechar que el líder norcoreano ha sufrido una importante pérdida de peso durante su tiempo de ausencia, recoge el portal NK News.

De acuerdo a un análisis forense de las imágenes más recientes del líder norcoreano difundidas por medios estatales, comparadas con grabaciones tomadas en noviembre de 2020 y marzo de 2021, Kim aparece ahora con la pulsera de su reloj visiblemente más ajustada, indicando una muñeca más delgada.

En opinión de Vipin Narang, profesor adjunto de ciencias políticas en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), esta supuesta transformación de Kim podría deberse a dos razones: el resultado de una dieta intencional o una consecuencia de posibles complicaciones de salud.

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El primer caso podría significar un intento de mejorar su imagen pública en momentos en que el país asiático padece escasez de alimentos y una crisis económica provocada por una serie de desastres naturales y sanciones internacionales, que se ha agravado aún más por el desplome del comercio con China a raíz de la pandemia.

A su vez, la hipótesis de razones médicas se apoya en las estimaciones de algunos expertos que sospechan que Kim se encuentra en un grupo de elevado riesgo de enfermedades cardiovasculares, un problema presente en su entorno familiar y que se habría cobrado la vida de sus antecesores, su abuelo Kim Il-sung y su padre Kim Jong-il.

En noviembre del año pasado, el Servicio de Inteligencia Nacional surcoreano presentó un reporte ante los legisladores de su país en el que estimaban el peso de Kim en 140 kilos, precisando que el líder de Corea del Norte “ganó un promedio de entre 6 y 7 kilos por año” desde que llegó al poder en diciembre del 2011.

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