El servicio de inteligencia mexicano espió a Gabriel García Márquez desde los años 60, según un expediente, al que tuvo acceso el diario El País, en el que figuran seguimientos en reuniones privadas, fotos junto a su casa y un registro de sus viajes a Cuba.

La cercanía del Nobel colombiano con Cuba y con el resto de gobiernos y guerrillas de la izquierda latinoamericana parece haber sido, señaló el rotativo español, lo que más le preocupaba a la Dirección Federal de Seguridad (DFS), el servicio de espionaje político del otrora poderoso Partido Revolucionario Institucional (PRI), encabezada por el controversial político veracruzano y exgobernador Fernando Gutiérrez Barrios.

El expediente de García Márquez se extiende hasta 1985.

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En el más del centenar de informes desclasificados se incluyen seguimientos personales en actos públicos y reuniones privadas, fotos en la puerta de su casa y sus viajes a Cuba a partir de 1975.

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García Márquez y Fidel Castro mantuvieron una estrecha amistad, tanto que el escritor cedió todos los derechos de su libro “Crónica de una muerte anunciada” al gobierno cubano, según recoge un documento de 1982.

Los informes también registran actos de apoyo de García Márquez a los Sandinistas en Nicaragua y su mediación para que la televisión mexicana emitiera una entrevista con cuatro líderes militares de la guerrilla de El Salvador. 

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