La primera ministra francesa, Élisabeth Borne, aseguró este domingo que está dispuesta a negociar con los sindicatos medidas que se derivan de la reforma de las pensiones adoptada y que ha generado un gran descontento social en el país, al tiempo que aseguró que buscará pactos con otros partidos.

Tras varios días de huelga y manifestaciones que acabaron con actos violentos, la jefa del Ejecutivo hizo un gesto en favor del retorno a la calma, en vísperas de una nueva jornada de movilización prevista este martes, la décima contra la reforma que retrasa dos años, hasta los 64, la edad mínima de jubilación.

“Tenemos que calmar la situación”, aseguró Borne en una entrevista con la agencia AFP, en la que señaló que tiene “una hoja de ruta” para abordar lo que resta de la legislatura.

Con los sindicatos, la jefa del Gobierno se mostró dispuesta a abordar asuntos derivados de la reforma de las pensiones, como la penibilidad laboral, las reconversiones profesionales, la situación de los seniors, pero aseguró que, en contra de lo que reclaman los líderes sindicales, la ley “debe ser promulgada”.

El texto, adoptado definitivamente el pasado lunes sin voto parlamentario y tras el rechazo de una moción de censura por solo nueve votos, tiene que ser ahora refrendado por el Consejo Constitucional, antes de que el presidente, Emmanuel Macron, pueda promulgarla.

La primera ministra insistió en que buscarán, a partir de ahora, que las reformas laborales sean pactadas entre los sindicatos y la patronal antes de legislar.

Borne aseguró que negociará con los grupos políticos para evitar tener que recurrir al mecanismo constitucional de adopción de iniciativas legislativas sin voto, como tuvo que hacer con la reforma de las pensiones.

En ese sentido, indicó que trabajará “con todos aquellos que quieran comprometerse sobre asuntos de forma transpartidista” con el objetivo de que “cada texto tenga una mayoría” parlamentaria.

Algo que no parece sencillo con la actual constitución de la Asamblea Nacional, donde el Ejecutivo no tiene mayoría y cuenta con la oposición frontal de los dos principales grupos de oposición, la izquierda y la extrema derecha.

Solo los conservadores tradicionales parecen abiertos a pactar con el Gobierno, pero en la reforma de las pensiones ya mostraron división, lo que les convierte en un aliado incierto.

En ese sentido, Borne indicó que en los próximos meses legislarán sobre “asuntos menos complejos”, por lo que se mostró “convencida de que se podrán encontrar acuerdos”.

En este sentido, aseguró que el próximo día 3 recibirá a los líderes de los diferentes grupos políticos para buscar esos acuerdos.

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