El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, participó por videoconferencia en una reunión de ministros de Defensa de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) celebrada este jueves, informan medios locales.
“Sucesos como los que vimos el sábado no le habían ocurrido al pueblo judío desde 1945. Niñas fueron violentamente violadas, niños fueron arrastrados a Gaza mientras sangraban”, declaró. “Un festival de música se convirtió en un baño de sangre indiscriminado, decenas de ciudadanos de sus países fueron asesinados o secuestrados”, añadió.
Asimismo, indicó que esta semana visitó el kibutz de Beeri, que fue construido por supervivientes del Holocausto tras la Segunda Guerra Mundial, detallando que vio los cadáveres de gente que supuestamente había sido quemada viva, de presuntos niños a los que habían disparado en la cabeza y soldados decapitados.
“Sufrimos un duro golpe”
“Sufrimos un duro golpe, pero no se equivoquen: 2023 no es 1943. Somos los mismos judíos, pero tenemos capacidades diferentes. El Estado de Israel es fuerte, unido y poderoso”, aseguró Gallant durante su intervención.
En este sentido, comentó que la fuerza aérea del país hebreo está destruyendo los cuarteles generales del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás, por su acrónimo en árabe) y fábricas de armas, así como bombardeando “infraestructuras terroristas”.
“Esta es una guerra por nuestro futuro en Oriente Medio, cambiaremos la realidad de la seguridad y Hamás no existirá […], llegaremos hasta el último autor y planificador de la masacre, hasta la última persona en cuyas manos haya sangre de nuestros hijos. Será una guerra larga y difícil, pero el Estado de Israel vencerá”, concluyó.
Hamás lanzó el 7 de octubre un ataque a gran escala contra Israel. En respuesta, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró el estado de guerra —por primera vez desde 1973— y comenzó “operaciones militares importantes”. Hasta la fecha, al menos 1.300 israelíes y 1.200 palestinos han perdido la vida, mientras que se han contabilizado casi 9.000 heridos entre ambos bandos.