Las autoridades de Irán ejecutaron el año pasado a 901 personas, de ellas 31 mujeres, que constituye el número total más elevado desde 2015, según informaciones reveladas este martes por la Oficina de Derechos Humanos de la ONU.

En una semana de diciembre hubo 40 ejecuciones, agregó.

En 2023 las ejecuciones habrían sido 853, de acuerdo con datos extraídos de informaciones diversas aportadas por organizaciones civiles y de defensa de los derechos humanos para suplir la “falta de transparencia” oficial al respecto.

La mayoría de las ejecuciones en 2024 fueron por delitos relacionados con las drogas, pero también se ejecutó a disidentes y a personas relacionadas con las protestas ciudadanas de 2022, explicó a la prensa en Ginebra la portavoz de derechos humanos de la ONU, Liz Throssell.

Dentro de esta tendencia también aumentó el número de mujeres ejecutadas, que la portavoz cifró en torno a 31 durante 2024, aunque recalcó que la reticencia de las autoridades a proporcionar información hace difícil hablar de cifras exactas.

En cualquier caso, explicó que la mayoría de estas sentencias se fundaron en cargos de homicidio.

Se han recibido reportes de que la mayoría de mujeres ejecutadas eran víctimas de violencia doméstica o de matrimonios forzosos y que en buena parte de casos se les acusaba de haber asesinado a sus maridos.

El jefe de derechos humanos de la ONU, Volker Türk, instó a las autoridades iraníes a detener todas las ejecuciones y a establecer una moratoria en el uso de la pena de muerte con vistas a abolirla definitivamente. 

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