Tras el ataque aéreo lanzado por Israel el pasado 1 de abril contra el complejo de la misión diplomática de Irán en Damasco, la capital siria —que se saldó con la muerte al menos a 16 personas, entre ellas dos altos comandantes y cinco militares iraníes—, las relaciones entre la República Islámica y el país hebreo se hallan inmersas en una escalada que, según algunos actores internacionales, EE.UU. incluido, podría desembocar incluso en un conflicto directo entre ambas naciones.
Las amenazas dirigidas por Teherán a Israel, en el sentido de que “recibirá un duro golpe”, “será castigado” y sufrirá “el máximo daño” en respuesta a su agresión contra la sede diplomática iraní en Siria, han llevado al cierre de casi una treintena de embajadas israelíes en todo el mundo, mientras las fuerzas estadounidenses e israelíes se encuentran en estado de alerta máxima. Por su parte, el canciller israelí, Israel Katz, advirtió a las autoridades iraníes de que Tel Aviv responderá con un ataque directo contra objetivos en Irán, en el caso de que Teherán lance un ataque directo contra Israel.
“Si Irán ataca desde su territorio, Israel responderá y atacará [los objetivos] en Irán”, escribió Katz en X, al etiquetar al líder supremo iraní, el ayatolá Alí Hoseiní Jameneí.
Propósitos ocultos de Tel Aviv
Aunque las advertencias sobre posibles ataques contra Irán forman parte de la “retórica tradicional” israelí, ahora Israel está elevando el tono agresivo de sus declaraciones, y actúa de modo simétrico para intentar arrastrar a Irán a su guerra en la Franja de Gaza y, de este modo, “provocar a EE.UU. a que apoye más activamente a Tel Aviv”, considera el subdirector del Instituto de Estudios y Pronósticos Estratégicos de la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos, Nikita Daniuk.
“Objetivamente, Israel no es capaz en estos momentos de realizar todas las tareas militares en los territorios palestinos. Por eso, con sus acciones y declaraciones, Tel Aviv quiere aumentar la gravedad del conflicto para que EE.UU. intervenga en él”, sugiere.
Según el experto, “el potencial de una mayor escalada es enorme”, ya que “Irán es capaz de activar sus fuerzas en toda la región” y, según la lógica de Tel Aviv, las represalias de Teherán en respuesta al ataque de su Consulado en Siria deberían influir en Washington, que, últimamente, por razones políticas, ha reducido el apoyo público a Israel.
De hecho, EE.UU. no solo ha reprendido a Israel por matar demasiados civiles en la Franja de Gaza, sino que estaría contemplando la posibilidad de condicionar la ayuda militar a Israel si este lanzara una ofensiva contra la ciudad de Rafa, al sur del enclave palestino, al tiempo que se ha desvinculado del ataque al Consulado iraní en Siria.
Tras esto último, el subjefe de Gabinete de la presidencia iraní para asuntos políticos, Mohammad Jamshidi, comunicó que Washington pidió a Teherán que “no atacara las instalaciones estadounidenses”. En respuesta, Irán advirtió “a los dirigentes estadounidenses que se abstengan de ser arrastrados a la trampa de [el primer ministro israelí Benjamín] Netanyahu” e instó a EE.UU. a “mantenerse alejados para no resultar heridos”.
“Todos los países vecinos se verán involucrados”
Los servicios de Inteligencia estadounidenses e israelíes advirtieron de que un “inminente” ataque iraní contra objetivos militares y gubernamentales en Israel, eventualmente con misiles de alta precisión, podría tener lugar en los próximos días, reporta Bloomberg. Con ello, fuentes de los servicios secretos indicaron que el ataque de Teherán se considera en estos momentos como una cuestión de “cuándo” ocurrirá, no tanto de “si” ocurrirá.
Teniendo en cuenta estos informes, así como las declaraciones beligerantes de ambas naciones, la amenaza de una confrontación directa entre Irán e Israel parece dibujarse en el horizonte. Sin embargo, en opinión del investigador principal del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú, Yuri Zinin, Irán intentará evitar una confrontación armada abierta con Israel.
“Hasta el día de hoy, entre Irán e Israel no se ha desatado un conflicto directo, principalmente debido al hecho de que estos países no tienen fronteras comunes. Si entre ellos surge una situación de conflicto grave, todos los países vecinos de la región se verán involucrados”, estima, al señalar que “será un conflicto regional masivo de consecuencias impredecibles”.
En este contexto, el experto subraya que “Irán es un país productor de petróleo, cuya economía podría sufrir enormemente” por este hipotético conflicto de gran escala, por lo que “Teherán está siguiendo una estrategia de moderación”. “El momento y el objetivo de la represalia se elegirán de tal manera que sus consecuencias sean lo más desagradables para Israel, pero no den lugar a las posteriores acciones militares”, concluye Zinin.