Italia reabrió este miércoles sus fronteras a los turistas europeos, un mes después de la reanudación progresiva de la actividad económica en el país europeo, tras la emergencia sanitaria desatada por la pandemia de COVID-19.
El país también va a consentir la movilidad a nivel nacional para tratar de reactivar el turismo, que espera con la llegada del verano salvar su industria turística, un sector clave de la economía que ha sido duramente golpeado por la pandemia.
Los vuelos internacionales solo se reanudarán en tres grandes ciudades: Milán, Roma y Nápoles. Los turistas que lleguen procedentes de Europa no tendrán que aislarse por 14 días, a menos que hayan viajado recientemente desde otro continente.
Desde este miércoles, también se permite la libre circulación entre las regiones, pero se mantienen las prohibiciones de grandes congregaciones y la obligación de llevar mascarilla en los lugares cerrados y en transporte público.
Asimismo, las góndolas pueden navegar los canales de Venecia, mientras el Coliseo de Roma y los Museos del Vaticano ya reciben visitantes desde el lunes.
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El presidente italiano, Sergio Mattarella, celebró el martes el día de la República en Codogno, otrora epicentro de la pandemia en el viejo continente.
La crisis sanitaria “no ha terminado”, alertó Mattarella, que elogió la “unidad” de su país ante el coronavirus, el cual calificó de “enemigo invisible”.
Italia impuso el confinamiento a principios de marzo y desde entonces ha visto caer el número de casos de manera progresiva y hasta el momento registra un total de 233 mil 515 contagios.
Además, la pandemia ha dejado más de 33 mil 530 muertos en el país, con la región de Lombardía (norte) como el epicentro de Europa.